Escepticismo en Río Cuarto por el caso Dalmasso

Cuando salió a la luz, el crimen de la empresaria Nora Dalmasso de Macarrón se convirtió en un tema de conversación casi obligado. Un año después de la lluviosa madruga en la cual la mujer fue estrangulada, reina el escepticismo sobre la resolución del caso. Ya no se hacen suntuosas fiestas en el barrio Villa Golf, en donde vivía la víctima. Personajes que supieron manejarse con la soberbia de los poderosos, como el ex funcionario menemista Daniel Lacase, tuvieron que bajar su perfil y salir del foco de las cámaras. Nada será igual en Río Cuarto después del asesinato.

En las calles del Imperio del Sur, tal como se conoce a la segunda ciudad cordobesa, nadie parece creer que el misterio vaya a ser resuelto. "Este crimen lo que hace es poner en la vidriera el rostro de la Justicia de Río Cuarto, que es espantoso, clasista, inoperante y presionable por el poder político, sino no se explica la detención de Zarate", explicó a perfil.com Hernán Vaca Narvaja, el periodista riocuartense que más investigó el tema.

Vaca Narvaja dirige la Revista El Sur , desde cuyas páginas se informó sobre el caso y se investigaron las conexiones políticas y económicas que tiene el asesinato de Dalmasso.

"El poder judicial ha quedado con un descrédito importante. Ya no hay más fiestas en el Villa Golf. Y ahora, los ricos y poderosos actúan con más recato. Se cuidan más, hay menos ostentación", enumeró, a la hora de puntualizar cuáles fueron los cambios a lo largo de los doce meses que pasaron desde que Nora era estrangulada luego de mantener sexo, aparentemente no consentido.

El 7 de febrero último el pintor Gastón Zárate se entregó a la Policía. Rápidamente la opinión pública consideró que desde el poder, estaban inculpando a un "perejil" para solucionar el caso. Como un reguero de pólvora cundió el malestar que desembocó en una inédita movilización popular espontánea que fue apodada por el periodismo como el "perejilazo". En aquella oportunidad, los manifestantes repudiaron al Poder Judicial y a Daniel Lacase, por entonces abogado y vocero del viudo Marcelo Macarrón.

Lacase, quien a pocos días del caso agradeció al por entonces gobernador José Manuel De la Sota por la ayuda prestada, es un ex funcionario de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico. Siempre respondió al llamado "menemismo araozcista", en referencia al referente cordobés de la derecha justicialista, Julio César Aráoz. Después del "perejilazo", renunció a ser el representante legal y mediático del viudo y se llamó a silencio. De la Sota, en pleno año electoral, se desmarcó del ex funcionario y pidió un jury de enjuiciamiento para los fiscales.

"Ha sido tan palmaria la discriminación en función a la clase social, que todos el pueblo se dio cuenta. Todos los allanamientos fueron en casa de albañiles, pintores, no se investigó nunca en serio a los supuestos amantes, todos de la misma clase social que Nora", puntualizó Vaca Narvaja sobre la sensación que cundió en amplias capas de la población riocuartense.

El aniversario permite reflexionar sobre cómo las alternativas de un caso judicial pueden motivar tanto interés en la opinión pública. Y cómo las derivaciones que tuvo este caso, posibilitaron la exteriorización de un repudio generalizado a quienes se encuentran arriba de la pirámide social. Seguramente, los próximos capítulos de esta novela negra seguirán sorprendiendo y dando de qué hablar. Lo que sí, un público cada vez más escéptico será el que siga las alternativas de esta historia de poder, sexo y muerte.