Mario Vitette Sellanes, el afamado ladrón que lideró el golpe al banco Río de Acasusso, anunció su salida del país por el mismo canal que utilizó en los últimos meses para reclamar su libertad: su cuenta oficial de Twitter. A las 18.30 de ayer escribió que estaba en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Media hora más tarde contó que el vuelo con destino a Montevideo partía a las 22.30 del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
El uruguayo estaba detenido en el penal de General Alvear, donde cumplía una condena a 25 años prisión por el millonario asalto ocurrido el 13 de enero de 2006. Anoche se aprestaba a abandonar el país.
La decisión de expulsarlo fue adoptada por el juez de Ejecución Penal 4 de Capital Federal, Marcelo Peluzzi, quien le concedió el extrañamiento hacia Uruguay, en virtud de lo dispuesto por la Ley de Migraciones.
Vitette celebró la decisión el miércoles pasado, cuando subió a su cuenta un dibujo que mostraba un juego de llaves abriendo una celda. “Se me vino encima la noticia”, anticipó. Desde fines de 2011, el cerebro del “robo del siglo” venía reclamando por su libertad. Según fuentes judiciales, la pena impuesta vencerá el 24 de junio de 2024. A partir de ese momento, deberá esperar otros diez años para regresar sin problemas a nuestro país.
En una de sus últimas entrevistas, Vitette Sellanes reconoció que se dedicará a su familia (tiene hijos y nietos que anoche lo estaban esperando del otro lado del Río de la Plata) y que vivirá en su ciudad natal: San José. No obstante, reveló que tiene pensado viajar a otros países. “Dije que podría irme a vivir a Berna porque tengo la doble ciudadanía italiana. ¿Por qué Berna? Porque me gusta el chocolate y Borges lo eligió como retiro, salgo de la tumba y quedo aclimatado en Berna”, contó en diciembre de 2011.
El “robo del siglo” ocurrió el 13 de enero de 2006, cuando cinco ladrones coparon el Banco Río de Acassuso, tomaron 23 rehenes y mientras negociaban con la Policía, saquearon 143 cajas de seguridad y obtuvieron un botín de 19 millones de dólares en joyas y dinero, de lo que sólo se recuperó un millón y medio.
Durante la toma de rehenes, la banda hizo un boquete y huyó por un túnel que construyó durante meses y los comunicaba con los desagües pluviales subterráneos.