El futbolista Jonathan Fabbro, que llegó ayer al país extraditado desde México, ratificó su inocencia respecto de la imputación de abuso sexual contra su sobrina tras prestar declaración indagatoria durante casi seis horas ante el juez Santiago Quian Zavalía, quien dispuso que permanezca detenido.
Cuando llegó al Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Criminal de Instrucción Nº 32, el ex mediocampista de Boca y River fue recibido con gritos de apoyo y llantos de familiares y amigos, entre ellos su madre, Martha Zabala, su pareja, la modelo paraguaya Larissa Riquelme, y su hermana Anabel, quienes se acercaron para acompañarlo.
La sobrina de Fabbro, que hoy tiene 11 años, declaró en octubre de 2017 ante una psicóloga en cámara Gesell, en una dependencia del Cuerpo Médico Forense, e incluso graficó con muñecos los supuestos ataques de su tío.
Peritos judiciales otorgaron veracidad a los dichos de la niña y la causa continuó hasta la extradición del jugador.
La madre del futbolista, acompañada por el abogado de su hijo, Carmelo Martínez, dijo a la prensa que se sentía “muy fuerte porque se va a demostrar la verdad, que se trata de una causa inventada”.
La mujer aseguró que las dos acusaciones por abuso sexual que le imputan a su hijo son una “confabulación” de los denunciantes, en línea con lo manifestado horas antes en la puerta de Tribunales por el abogado argentino de Fabbro, Francisco Oneto.
En tanto, Martínez, el abogado paraguayo de Fabbro, aseguró a la prensa que la causa en ese país “guarda mucha similitud con la de Argentina” y dijo tener “pruebas de que existe un complot entre la denunciante de Paraguay y la de Argentina”, lo que definió como “una conexión peligrosa, criminal”.
Por su parte, Oneto informó que pedirá la excarcelación de Fabbro, y una vez que eso ocurra, el juez tendrá diez días para resolver la situación procesal del imputado.
El futbolista fue detenido el 20 de diciembre de 2017 en el estado mexicano de Puebla, tras una investigación en Argentina sobre el abuso sexual de su sobrina de 11 años, cometido entre 2015 y 2017.