POLICIA
el crimen de las “300 puñaladas”

Fierita y el Loco, los detenidos por el brutal asesinato de un ex policía

Daniel Silvera (42) y Rodrigo Leiva Carrasco (49) fueron apresados en la vía pública, dos días después del homicidio. El hecho se cometió en la casa de uno de ellos en Cutral Có.

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Investigación. Los acusados y la víctima se habían reunido a tomar alcohol. Pero por motivos que aún no están claros lo mataron. | cutral co al instante

Le dieron cerca de 300 puñaladas, mutilaron sus genitales y tiraron su oreja y nariz en un tacho de basura. Después limpiaron la sangre que invadió el departamento, lavaron el cuerpo y lo escondieron entre dos colchones. En el crimen de Juan Horacio Panitrul se observa saña, brutalidad y puñaladas de índole “sexual”. Fierita y el Loco fueron detenidos acusados de ser los autores. ¿Quiénes son los sospechosos? 

Fue un crimen brutal. Y los autores serían dos amigos de la víctima con los que se reunió el miércoles pasado a tomar algunas bebidas alcohólicas en un departamento del barrio General San Martín, en la localidad neuquina de Cutral Có. El móvil del asesinato no está claro, pero sí que Daniel Silvera y Rodrigo Leiva Carrasco serían los autores del hecho, según entiende el fiscal del caso Gastón Liotard. 

Todo sucedió en la casa de Leiva Carrasco, un hombre de 42 años que lo conocen como el Loco. “Tenía actitudes atípicas. No tenía trabajo, pero los vecinos no reportaron situaciones de violencia previa. Él vivía solo y en ese departamento se juntaban a tomar”, relata el fiscal del caso a PERFIL. No era una persona que anduviera armada. Tenía problemas con el alcohol, al igual que Fierita Silvera, el otro detenido.

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Fierita tiene 49 años y era changarín. Y la gente del barrio los veía a los dos deambular por las calles del barrio General San Martín. El miércoles 22 se les sumó Panitrul, quien no era de la zona pero la frecuentaba y también tenía problemas con el alcohol. 

“Ninguno de los dos tiene antecedentes. Cometieron un crimen inaudito, brutal y en el que se ve cierto sadismo en los cortes que le produjeron a la víctima”, detalló el fiscal. La víctima tenía 31 años y había sido policía hasta 2017, cuando fue desafectado de la fuerza. Tenía un hijo de 4 años y una familia que lo esperaba. 

El crimen ocurrió la noche del miércoles. Las cámaras de seguridad registraron a los tres en las inmediaciones del departamento en donde, más tarde, ocurriría el horror. Compraron bebidas alcohólicas y se instalaron en la casa del Loco. Según la autopsia lo asesinaron entre las 20 y las 23 horas de ese día. A la mañana del viernes, el olor del cuerpo en descomposición alertaría a los vecinos. 

Los vecinos escucharon ruidos y música muy fuerte, pero no les llamó la atención, porque era habitual en esa casa. La policía llegó al lugar y encontró “un mar de sangre”, según describió el fiscal. 

“El departamento era un mar de sangre. Había sangre en las sábanas, colchones. Los acusados lavaron el cuerpo y la ropa, luego lo dejaron desnudo”, relató Liotard. 

Las pericias psicológicas serán claves para determinar si son imputables y se puede continuar con el proceso penal. 

El caso. “En el análisis de autopsia se pudieron contabilizar y medir 237 puñaladas, pero por agrupamiento y superposición llegarían a 300”, precisó el fiscal. Aunque lo que le provocó la muerte a Panitrul fue un fuerte golpe en la cabeza. 

“Son puñaladas en todo el cuerpo con mutilaciones varias. Testículos, pene, tetillas, lengua, un dedo, la nariz y una oreja, que se la dejaron adentro del vientre. Cuesta encontrar un adjetivo para graficar todo esto”, había detallado el fiscal tras la audiencia en la que se los imputó a ambos por el homicidio. 

“Muchas de las puñaladas son sexuales, es decir en la zona genital y anal, y presenta otras lesiones que son casi superficiales que rozan el sadismo porque produce un goce en la persona que las realiza porque a la víctima le causa dolor”, detalló. 

A una semana del crimen, aún no estaba claro el móvil del crimen, pero el fiscal tiene acreditado que Leiva Carrasco y Silvera “estuvieron en la misma vivienda con Panitrul”. 

Ambos fueron imputados por homicidio agravado por ensañamiento, y la jueza Patricia Lupica Cristo les dictó la prisión preventiva por seis meses dando lugar a las presunciones del fiscal. Quien destacó que “no hay registros de un homicidio con estas características”.

El fiscal, en la audiencia imputativa del sábado cuando aún no se había podido identificar a la víctima por el estado del cuerpo, informó que “la lengua y la nariz fueron halladas en el tacho de basura” y que el cadáver estaba escondido entre dos colchones. “El cuerpo fue desnudado, lavado y movido. Mientras que las ropas de la víctima fueron lavadas”.

Le habían atado las manos con vendas para inmovilizarlo y atacarlo sin que pudiera defenderse de un crimen horrendo.

 

“Solo pido justicia”

“Era un buen padre, un buen hijo, un buen compañero, un buen amigo. No tenía maldad. Siete años estuvimos juntos, nos amábamos mucho”. Yanet es la pareja de Horacio Panitrul. Aún no sale de la conmoción que le generó conocer la noticia del brutal crimen que sufrió el papá de su hijo. “Solo pido justicia y que los culpables sean condenados”, le dijo a PERFIL. 

“Hasta el día de hoy no sabemos lo que pasó. Cómo llegó a ese lugar. Tampoco era de tener amistades. Solo tuvo una que era un muchacho evangélico. Este año, Horacio había comenzado a estudiar la carrera de enfermería, una profesión que le gustaba muchísimo”, detalla. 

Yanet no conoce a los dos hombres que están detenidos por el crimen y todavía no entiende cómo su pareja terminó en ese departamento. Pero reconoce que Horacio tenía problemas con el alcohol: “Durante el año, él recaía en el alcohol una o dos veces. El salía a tomar pero volvía a casa, y si no volvía mi familia y yo lo salíamos a buscar”. 

La última vez que la familia de Yanet lo vio fue el mismo miércoles en que lo mataron, fueron unas horas antes de que Horacio se reuniera con los acusados, según la investigación. “Mi hermano lo vio parado en la esquina de casa, lo llamó para que venga a tomar mate a casa y que dejara de andar así. Pero solo lo miró y se fue caminando”.