Un adolescente de 17 años quedó detenido acusado de matar a su padre, a quien le tapó la cabeza con una almohada y le efectuó un disparo mientras dormía, aparentemente cansado de los castigos físicos que le aplicaba a él y a su hermanito de 10 años, en la ciudad santafesina de Esperanza, informaron hoy fuentes policiales.
El hecho ocurrió ayer en una casa situada en la calle Brasil, a 200 metros de la ruta provincial 70, del departamento de Castellanos, donde vivía Giovanni Melazzana, un italiano de 53 años, propietario de un negocio de implementos agrícolas, con sus hijos de 17 y 10 años.
El jefe de Relaciones Policiales de la Unidad Regional XI de la policía santafesina, comisario Néstor Beneventano, explicó que aparentemente por los " tratos inhumados" que el hombre tenía con los chicos, el mayor de ellos decidió matarlo.
Para ello ingresó a la habitación de su padre cuando dormía, le tapó la cabeza con un plástico y luego con una almohada, tras lo cual le efectuó un disparo con un fusil que había en la cara, según la pesquisa policial.
El mayor de los chicos, i ntentó evitar que su hermanito notara lo que había hecho, por lo cual preparó el desayuno y, a bordo del auto de su padre, se fueron juntos al colegio, aunque en el camino fueron demorados por policías a los que les llamó la atención ver a los dos chicos a bordo del rodado.
Si bien los efectivos dejaron a los niños ir al colegio, cuando fueron a la casa familiar encontraron el cuerpo de Melazzana y más tarde demoraron a los hermanos, el mayor de los cuales admitió lo que había hecho y dijo: " Estoy tranquilo, terminó mi calvario" según las fuentes policiales consultadas.
Según algunas fuentes, el hombre asesinado sometía a sus hijos a violentos castigos, que incluyeron quemaduras con cigarrillos y fracturas de los dedos por golpes.
La personalidad violenta del hombre habría sido incluso el detonante para que la madre de los chicos abandonara la casa y se fuera a vivir a Paraguay, agregaron los voceros.
El mayor de los hermanos se encuentra a disposición judicial alojado en la seccional de Esperanza, a 40 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, mientras que el más chico está en el Centro de Violencia Familiar, y ambos reciben asistencia psicológica.
Fuente: Télam