Suena lógico. Flores, en su indagatoria del viernes en los tribunales de Rosario, involucró a tres hombres ligados al poderoso gremio de Camioneros: un falso abogado laboralista, que lo contactó para ejecutar el crimen y, que habría ocupado un cargo sindical en la localidad de Casilda, y otros dos sindicalistas, quienes habrían facilitado las fotografías, la rutina semanal y los datos del automóvil en el que se movilizaba el tesorero de la Federación de Camioneros.
Según los investigadores, Juan Dell`Arcipriete, un ex delegado de la región de Casilda y un dirigente suspendido por fraguar gastos realizados, sería el hombre que señaló Flores en una fotografía llevando el féretro de Beroiz en el sepelio. Lo reconoció por su popular apodo: “Juancito”.
Interrogado por el magistrado sobre la responsabilidad de Raúl Alfredo Luna, número dos de la Federación Argentina de Camioneros y, hoy secretario general de la filial Santa Fe tras la muerte de Beroiz, Flores aseguró que el apellido “lo había escuchado nombrar” a quienes lo contrataron.