La ficha de antecedentes delictivos de Mauricio Laferrara está en blanco, un dato por demás llamativo para un joven de 23 años que está imputado por seis homicidios ocurridos en la ciudad de Rosario, y al que algunos conocen como “el rey de los sicarios”.
Laferrara fue arrestado el 18 de octubre pasado después de permanecer prófugo los últimos tres meses. Lo señalan como el brazo ejecutor de los crímenes que habría ordenado el jefe de un clan narco familiar, Esteban Lindor Alvarado (42), aunque curiosamente nunca antes había estado detenido.
Es uno de los hijos de un reconocido ladrón y narco rosarino que llegó a ser socio de la narcobanda de Los Monos: Jorge “el Viejo” Laferrara (59), quien actualmente purga una condena a 19 años de prisión y que recién estará en condiciones de salir en 2025.
Mauricio está detenido en la Alcaidía Penitenciaria Nº 5 de Rosario. Ezequiel Torres, su abogado defensor, adelantó a PERFIL que si confirman la detención pedirá que lo alojen en la cárcel de Piñero, donde está preso su papá, porque entiende que en cualquier otra unidad su vida “corre peligro”.
Para el letrado las pruebas reunidas por los investigadores no son suficientes como para imputarle los homicidios y entiende que su defendido está detenido por ser “portaapellido”.
El supuesto sicario fue arrestado en la casa del policía Angel Bini (23), a quien vinculan con uno de los seis crímenes que le atribuyen a Laferrara. Tenía 1.400.000 pesos y 6 mil dólares, suficiente como para vivir varios meses más en la clandestinidad, y medio kilo de cocaína de máxima pureza.
Los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario entienden que existen elementos de prueba suficientes como para sospechar que Laferrara asesinó a seis personas. Es más, según fuentes judiciales consultadas por PERFIL están investigando si tiene relación con otros cuatro asesinatos ocurridos en el último año y medio.
Reguero de sangre. La saga de crímenes que le imputan a Laferrara comenzó el 16 de abril del año pasado con un triple asesinato. Gerardo “Abuelo” Abregú (40), y los hermanos Ezequiel “Parásito” (38) y José “Grasita” Fernández (30) fueron ejecutados a tiros en la localidad de Granadero Baigorria. Según los investigadores, Laferrara actuó “junto a otras dos personas que hasta el momento no pudieron ser identificadas” y “utilizó una pistola calibre 9 mm. Parabellum, marca FM, modelo HI Power”.
El 23 de octubre del mismo año habría intervenido en el secuestro y posterior asesinato de Cristian Enrique (22), a quien capturaron simulando un operativo policial en Las Tacuaritas al 600. Para los detectives, Laferrara también integró el comando que el 11 de noviembre de 2018 raptó al financista Lucio Maldonado (37) y lo ejecutó días después dejando un cartel intimidatorio que decía con “la mafia no se jode”.
En la audiencia imputativa, los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra explicaron que para ellos Laferrara “formó parte de ese grupo de personas que estuvieron en la casaquinta donde se retuvo a la víctima por el lapso de al menos una hora, para luego arrojar el cuerpo ya sin vida en avenida Circunvalación y colectora a Autopista Rosario-Buenos Aires con cuatro disparos”.
El último crimen que se le imputa ocurrió el 7 de septiembre pasado en Rosario, sobre la calle Constitución al 5200, donde funciona una distribuidora de bebidas. Lo acusaron de haber asesinado a Cristian Beliz (25) y disparar contra otras tres personas que estaban el lugar.