Casi todos los días surgen pistas y más pistas. Algunas están más relacionadas con un hecho que con otro; pero en algún punto se cruzan. El domingo pasado Ariel Vilán, un ex socio de Forza, se tiró de un noveno piso. Ayer el Minicooper que estaría a nombre de Forza, y que en los últimos tiempos manejaba Vilán, apareció en una estación de servicio Shell de Lomas de Zamora.
Uno de los denominadores comunes es el nombre de Forza, uno de los tres empresarios asesinados, y cuyo cuerpo apareció el 13 de agosto en un descampado de General Rodríguez, junto a los de Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
La historia del triple crimen se podría empezar a contar, según una fuente calificada de la investigación, a partir de un lugar donde un grupo de personas reunidas arreglaba un negocio millonario. Fue a fines de junio. El lugar habría sido el bar Tucson de Pilar, ubicado en el kilómetro 50 de la ruta Panamericana; a escasos metros del Complejo Concord, donde Forza alquilaba un departamento, y que la semana pasada fue allanado por la Policía.
En esa reunión, habrían estado Forza, Ferrón, Ibar Pérez Corradi, el ex policía José Luis Salerno y un mexicano al que conocían con el nombre de “Rodri”. “El mexicano estaba en esa reunión porque quería comprar efedrina”, confirmó la fuente, que no pudo determinar si la compra era para el laboratorio que funcionaba en Maschwitz. En la lista de detenidos en la causa que tramita en el Juzgado Federal de Zárate-Campana a cargo de Federico Faggionato Márquez, hay una persona que se llama Rodrigo Rodríguez, es un ciudadano mexicano de 27 años y a, entender de los investigadores, sería el químico de la banda.
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