"¿Sabe lo que le puedo decir de intuición de madre? Estoy totalmente destrozada, no puedo pensar, no quiero ser negativa, tengo una corazonada que en cualquier momento mi hija va a aparecer, no quiero pensar lo contrario porque si no me volvería loca", dijo hoy María Rober, mamá de Gabriela Viagrán, que el último 14 de noviembre desapareció junto a su esposo Fernando Pomar y sus dos hijas en un caso que desconcierta a los investigadores.
"Estamos esperando buenas noticias, no conjeturas, no anónimos", explicó la mujer al tiempo que reconoció: "No tenemos ningún dato de mi hija, de mis nietas y de mi yerno, no sabemos nada. Lo único que yo le puedo aportar como madre es que mi hija no podría estar lejos de su hijo sin ser obligada a estar, ama a su hijo mayor de 13 años, no podría estar lejos sin comunicarse", aseguró Rober en alusión a Franco, el adolescente que Viagrán tuvo con su pareja anterior.
En diálogo con Inocentes y culpables, por radio Mitre, Rober aseguró: "Pongo mi sangre y mi vida que mi hija no se fue por su cuenta" descartando la hipótesis sobre su partida voluntaria. Según la mujer, su hija tenía con Fernando, una buena relación aunque admitió que en su momento acudieron a terapia para fortalecer el vínculo de la pareja: "Fernando era un muchacho soltero y mi hija fue con una mochila (por Franco, su hijo) y a él le costaba integrarlo, no lo podía integrar como papá. Eso lo llevó a un terapia pero no tenían problemas entre sí" y sostuvo que, si bien no hubo una violencia física entre ambos, existían cruces verbales y "ella le respondía".