Durante seis años no se supo quién había matado a Micaela Bravo (28) en la localidad rionegrina de Bariloche. En la mitad de ese tiempo no había pruebas concretas contra nadie. El primer investigado había sido su ex marido y padre de sus tres hijos, pero pronto esa hipótesis se desvaneció. Esta semana se declaró culpable a la suegra de la chica, que llegó libre al juicio y ahora deberá afrontar largos años en prisión, aunque aún la pena que tiene que cumplir no fue establecida.
No fue un caso fácil. Micaela estuvo desaparecida 14 días. La policía no hizo bien su trabajo y la investigación preliminar resultó tardía e ineficaz. El cuerpo fue encontrado de casualidad por un vecino que pasó por el descampado donde lo habían descartado y cuyo predio se había “rastrillado”. Los restos de la joven se encontraban en un avanzado estado de descomposición y había sido atacado por animales de la zona. Igualmente, los peritos forenses determinaron que la habían asesinado a puñaladas.
"Es gratificante poder darle un respuesta a los hijos de Micaela", dijo la fiscal
Primero se sospechó del ex marido, Patricio Vargas, pero luego se lo desvinculó del caso y en el juicio se presentó como querellante en representación de los tres hijos que había tenido con la víctima. Para la familia de la joven, el cambio de fiscal fue fundamental para encausar la investigación calificada por la propia funcionaria Betiana Cendón como “errática” en su comienzo.
Entonces, la fiscal Cendón direccionó la investigación y apuntó a Angelica Paine (50), quien era la suegra de Micaela. Durante el debate reconoció que “no había pruebas directas” contra la mujer, pero entendía que “todos los caminos conducían” a ella como la autora del crimen.
¿Quién mató a Micaela? Los jueces Marcos Burgos, Sergio Pichetto y Víctor Gangarrosa concluyeron el jueves pasado, por unanimidad, que a la joven la asesinó su entonces suegra, porque se oponía a la relación que su hijo, Carlos Colipi, había comenzado con la víctima.
“Todo indica a Angélica Paine como autora del crimen. Del análisis de las pruebas traídas a juicio, entendemos que ha quedado acreditada la participación de Paine como autora del crimen. El tribunal la declara autora responsable por homicidio simple”, leyó la resolución del tribunal, el juez Burgos.
Además, los magistrados destacaron que “se corroboró que el deceso fue producto de un accionar violento por arma blanca que le provocó la muerte” y que quedó acreditado por distintos testimonios durante el juicio que Paine y Micaela “coincidieron en el mismo tiempo y lugar previos a la desaparición” de la chica.
Ambas fueron vistas en un jardín de infantes donde había ido Micaela a llevar a una sobrina. Paine vivía al lado de esa institución educativa ubicada en el barrio 2 de Abril.
Los jueces también destacaron que Paine “tenía motivos suficientes y lo había expresado públicamente”. La mujer se oponía a la relación que su hijo había iniciado con Micaela, porque, entre otras cosas, la víctima tenía tres hijos menores de edad, era una mujer separada y porque Carlos, era más chico que ella.
Durante los alegatos de apertura, la fiscal sostuvo que existió por parte de Paine “una advertencia, una amenaza de muerte y una muerte consumada”.
“Había situaciones de violencia previa y amenazas de muerte de Angélica porque no aceptaba la relación con Carlos, su hijo. Llegó a decir que iba a hacer todo para evitar esa relación. Paine tenía antecedentes de violencia física y verbal, no solo con Micaela. Es la manera que usa para resolver todos sus conflictos. Así lo dijeron los profesionales que peritaron a la señora”, precisó la fiscal durante el debate.
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El caso. Micaela fue asesinada el 23 de marzo de 2016, el mismo día en que desapareció, según entendió el tribunal. La joven desapareció cerca de las 14 en las inmediaciones de la escuela infantil Mundo Nuevo. “La imputada se hizo presente en la institución educativa alrededor de las 14 y luego de increpar de mal modo a Micaela Bravo la obligó a retirarse junto a ella del Jardín con claras intenciones de hacerle daño”, había detallado la fiscal jefe según se informó en el sitio del Poder Judicial de Río Negro.
El cuerpo de Micaela fue encontrado por un vecino en un descampado el 6 de abril, a unos 800 metros del jardín y la autopsia reveló que la habían asesinado con un arma blanca. Fue el ex marido de la víctima quien había denunciado su desaparición y durante el debate declaró que le había advertido a la víctima “que tuviera cuidado con Angélica” por conocer que se trataba de una “persona violenta”.
La investigación fue larga. Recién a los tres años del crimen se encontró a un sospechoso y se imputó como la autora del hecho a la suegra de Micaela. Hasta, en un principio, se había ofrecido una recompensa para quien aportara información que sirviera para orientar la causa.
"Por parte de Paine existió una amenaza de muerte y una muerte consumada"
La fiscal resaltó durante el juicio y lo repitió luego de que se conoció la decisión que tomó el tribunal de “encontrar culpable” del crimen a Paine que al principio de la investigación “no se trabajó correctamente”.
“Fue una causa donde tuvimos que atar cada uno de los cabos para poder llegar a la instancia de juicio. En lo personal, como madre, es gratificante poder dar una respuesta a los chicos de Micaela”, sostuvo la fiscal una vez finalizado el juicio en diálogo con Bariloche Opina.
Ahora resta saber cuántos años va a pasar en prisión Angélica, la suegra asesina. El monto de la pena se debatirá en una próxima audiencia de cesura y podrían darle hasta 25 años de cárcel.
“Se logró justicia”
El ex marido de Micaela Bravo le agradeció a la fiscal que llevó adelante la investigación y puso en el banquillo de los acusados a Angélica Paine, la suegra de la víctima. “Pasamos por muchas, pero nunca perdimos la certeza de que esta mujer asesinó a Micaela”, sostuvo Patricio Vargas ante la prensa local.
Consideró que el crimen fue ejecutado “por las ideas de esta mujer, por lo que pensaba”. Y acto seguido reconoció el trabajo de la fiscal Betiana Cendón: “No tengo palabras de agradecimiento a Betiana y su equipo de trabajo, quienes se movieron y estuvieron muchas horas trabajando”.
“Se logró justicia por Micaela, que era lo que se pedía. Era lo que necesitaban mis hijos, su mamá, sus allegados”, indicó. “Lo que hoy se dijo fue la verdad”, destacó.
Patricio fue el primero en estar entre los sopechosos al inicio de la causa y cuando había otro fiscal. “Desde el principio dije que, una vez que investiguen todo sobre mí, que la investiguen a esa señora. Me decían que porque era ‘chiquita’ no podía cometer un crimen, pero hoy se comprobó que no es así”.
Además, en sus redes sociales lamentó ver a dos de sus hijos en el juicio por el crimen de Micaela. “Dolor es ver a mis hijos así, con una foto de su mamá y pidiendo justicia”.