Habían arreglado encontrarse el miércoles pasado en la casa que ambos compartieron durante tantos años en Mar del Plata. Mariana iba a llevarse al hijo que tenían en común, al cuidado de Ariel mientras ella competía en Chile. La mujer salió cerca del mediodía de Villa Gesell, donde vivía junto a su padre tras la separación. Ariel le dijo que la esperaba con una tortilla para almorzar. Cuando ella llegó a la vivienda en el barrio Alfar, al sur de la ciudad, estaba la tortilla, pero el chico no. Desde afuera se escucha una fuerte discusión. Luego, algunos disparos. Mariana intenta escapar, pero queda encerrada en la balacera y termina desmoronándose en la vereda. Ariel toma la camioneta utilitaria de su ex esposa y huye unas diez cuadras, donde es levantado por otro vehículo. Desde ese entonces, nada más se supo acerca de Ariel Ito (47), señalado por varios testigos como el autor del homicidio de Mariana Horowitz (41).
Ambos se habían conocido en el 2000, en algunas de las competencias que tanto apasionaban a Mariana. Ella se destacaba en duatlones y triatlones, y en diciembre pasado había sido elegida la deportista del año en Villa Gesell tras haber ganado una edición nacional del Ironman, la más dura de todas las pruebas que ofrece el atletismo. Los dos eran guardavidas y tenían notables aptitudes físicas para diversos tipos de pruebas, aunque Mariana se dedicaba a la competencia con más esmero que Ariel. Y eso es lo que comenzó a horadar el vínculo de la pareja. “Nos conocíamos de toda la vida, pero dejamos de vernos desde que empezó a estar con este hombre”, apunta una amiga de Villa Gesell, con quien seguía manteniendo conversaciones telefónicas. “Una de las últimas veces que hablamos, me dijo estaba entusiasmada con su carrera deportiva, pero que a Ariel no la dejaba volar”, subraya la mujer.
Además de su puesto como guardavidas, Ariel Ito tenía otro trabajo. Mariana Horowitz no había ejercido esa profesión, pero se las rebuscaba para procurarse ingresos. En una época daba clases particulares de inglés, y todas las temporadas volvía a Villa Gesell para trabajar en un local de artículos de playa que su padre tenía en aquella localidad balnearia. Pero este verano fue distinto: después de trabajar en el comercio familiar, ella decidió permanecer en Villa Gesell, consumando de este modo la separación. “Ariel nunca lo pudo aceptar. De bronca, le rompió a martillazos una bici que ella usaba para competir. Se la dejó como un papel, y ella guardó el cuadro del rodado para tenerlo como evidencia ante cualquier cosa”, explica un pariente de la víctima. Después de ese hecho, Mariana realizó una denuncia. “Hablaban por teléfono, y cada dos llamados, uno terminaba en pelea y a los gritos. Incluso, durante un tiempo, él la amenazó de muerte, aunque todos creíamos que lo decía en caliente”, agrega este familiar.
Sin embargo, la relación luego pareció volverse más amable. “Cuando empezaron a llevarse mejor, Ariel venía a Gesell a ver al nene, que tiene cinco años, o Mariana se lo llevaba a Mar del Plata”, describe el mismo allegado. Mientras tanto, la mujer había sacado otro teléfono celular. El de uso habitual está ahora en manos de los investigadores, pero ella tenía otro que utilizaba para hablar con su ex marido, y para que este pudiera comunicarse con su hijo cuando estaba junto a la madre. Las conversaciones que ambos mantuvieron por Whatsapp con este teléfono son las que permiten certificar que Ito la estaba esperando en la casa Mar del Plata con la comida lista y con el hijo el día del crimen.
En el seno familiar de Mariana Horowitz aún se mantienen sorprendidos por el desenlace fatal, ya que ignoraban que Ariel Ito portaba y manipulaba algún tipo de arma de fuego. Eso sí: alguien del entorno familiar declara que Ito ya habría tenido problemas con su anterior pareja, quien al parecer también lo denunció por maltratos.
Prófugo desde el mismo momento del hecho (el miércoles a las 13.30), Ito fue declarado en rebeldía y pesa sobre él una prohibición para salir del país. Además, no se descarta ofrecer una recompensa a quien aporte datos sobre su paradero. Para Mariano Moyano (el fiscal que entiende en la causa), es significativo que el hijo de ambos no estuviera presente al momento del hecho. Acaso Ito ya había premeditado hacer lo que terminó haciendo. El viernes fue hallada en la casa una carta manuscrita, fechada el día del asesinato y atribuida al ex marido de Mariana Horowitz. Allí, según señala un familiar de la víctima, el hombre revelaba que iba a “poner fin a todo esto”. En la soledad de su fuga analizará si realmente consiguió su objetivo.
(*) Especial para Perfil.com