El negocio de la renta de autos lo convirtió en un empresario exitoso. En pocos meses sumó cinco sociedades más –todas del mismo rubro–, inauguró una oficina en Puerto Madero, un lugar al que pocos pueden acceder, y amplió su patrimonio. Semejante crecimiento resultó sospechoso para la Justicia, que comenzó a investigarlo a partir de la detención de tres colombianos acusados de haber asaltado a un hombre, en septiembre de 2013, en un auto de su flota. La semana pasada fue detenido junto a ocho de sus presuntos socios.
Máximo A., de 40 años, es uno de los dueños de la agencia de alquiler de autos Keeping Moving Grup de Pilar, junto a Daniel P., Sabrina L. y Carlos S. Según fuentes policiales, el VW Logan (MRZ-854) que manejaban los colombianos en cuestión pertenecía a su empresa, como otros vehículos que curiosamente fueron vinculados a distintos hechos delictivos ocurridos entre junio de 2013 y junio de 2014.
A partir de ello, la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 14, a cargo de Andrés Madrea, en conjunto con la División Investigación Federal de Organizaciones Criminales de la Policía Federal, comenzó a monitorear los movimientos de esa empresa. Así pudieron determinar que otras cinco agencias (Gold Rent a Car, Mercocar Rent a Car, Rent a Car Solutions, Tigger Rent a Car y Fox Rental Car) estaban directamente relacionadas con los socios de Keeping Moving.
“Estas empresas tenían habitualmente como clientes que rentaban los vehículos a personas de nacionalidad colombiana, por lo que se sospechó que podría existir una relación delictual entre todos ellos, unos como ejecutores de diversos hechos de robo y los otros como facilitadores de las herramientas o medios para que los primeros cometieran los ilícitos”, explicó una fuente.
Inteligencia. En 22 meses de trabajo los investigadores del caso intervinieron más de treinta líneas telefónicas para determinar si los empresarios sabían con qué fin los colombianos alquilaban los coches con tanta regularidad.
Para los pesquisas el precio que pagaban los delincuentes por una semana de alquiler (cerca de 25 mil pesos) era superior a lo que podía abonar un cliente habitual. Por esa razón entienden que ellos –por los empresarios– no podían ignorar que los utilizaban para cometer delitos, como salideras, entraderas a edificios, robos con ausencia de moradores y pincharruedas.
Según las fuentes, al menos cuarenta coches pertenecientes a las distintas empresas investigadas habrían participado en hechos delictivos ocurridos en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
“Cuando alguno de los colombianos era detenido a raíz de un hecho delictivo y era secuestrada la unidad automotriz con la que se movilizaban, o bien surgían como consecuencia de los robos circunstancias adversas que los ponían en descubierto, desde estas empresas falsificaban los contratos de alquiler a fin de no quedar expuestos y vinculados a los detenidos o vehículos secuestrados. Así demostraban a las claras su pleno conocimiento de la actividad delictual de las personas que utilizaban estos autos”, explicó uno de los pesquisas en el informe que elevó a la Justicia interviniente, y al que tuvo acceso PERFIL.
Los empresarios detenidos –nueve en total– están acusados por delitos graves, como “asociación ilícita”. Entre las pruebas secuestradas en los allanamientos realizados en los últimos días llamó la atención una: el recorte de un artículo periodístico sobre la detención de dos colombianos.