Por el crimen de un colectivero en Libertad, partido de Merlo, hay dos detenidos. Uno de ellos se negó a declarar ante el fiscal de la causa. Mientras que el otro está aislado porque dijo que tenía síntomas de coronavirus. El primer testeo le dio negativo. “Los rostros de los asesinos de mi marido no me los olvido más”, dijo la esposa de la víctima que presenció el hecho.
El fiscal de la causa, Fernando Capello, dijo a Télam que Sergio Ariel Armoa se negó a declarar y continuará alojado en una dependencia policial de Morón hasta tanto continúe el trabajo de instrucción.
Mientras que al otro capturado, identificado como Jonathan Acosta, se le efectuó un primer testeo que arrojó el resultado negativo en coronavirus luego de que dijera que tenía síntomas de la enfermedad.
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El fiscal solicitó que mañana le realicen un segundo testeo. Ahora está, con custodia policial, en el hospital Eva Perón de Merlo.
Las detenciones de los presuntos autores del asesinato del chofer Federico Rivero (45) se dio entre la tarde del jueves y el mediodía de viernes en el barrio La Blanquita y el Pericón, ambos en la localidad de Libertad.
“Si fueron ellos que la paguen. Yo a uno lo conocía muy bien, porque ayudada a su abuela en algunas cosas domésticas”, contó Andrea Caballero, viuda del chofer, a Télam y agregó: “Cuando me toque ir a la rueda de reconocimientos voy a saber bien si son ellos porque los rostros de los asesinos de mi marido no me los olvido más. Solo queremos justicia. Lo único que puedo decir es que nos arruinaron la vida”.
La mujer aseguró también que seguirán “manifestando el dolor y el reclamo de seguridad” en ese barrio de Merlo y toda la zona oeste porque sienten que mientras que “todos estamos en cuarentena los delincuentes están más libres”.
El crimen ocurrió el martes, cuando el chofer llegó a su casa luego de finalizar su día de trabajo en la línea 312 de la empresa de colectivos “La Perlita” y fue con su mujer a hacer compras en su camioneta.
Según contó la viuda del colectivero, se detuvieron en un comercio situado en Sucre, entre Esquiú y Finocchietto, del barrio “La Blanquita”, donde ella bajó a comprar una gaseosa y su marido se quedó a bordo del vehículo en marcha.
“En eso veo a dos (personas) en la ventanilla del lado de mi esposo, digo ‘lo estarán saludando’ y oigo que él cambia el tono de voz y dice ‘a vos qué te voy a dar’, ahí siento el tiro y el grito de él”, relató la mujer.
En ese momento, contó, su marido estaba caído para el costado con medio cuerpo colgando del vehículo porque los delincuentes “lo querían sacar a toda costa y llevarse la camioneta”.
La mujer llevó a Rivero herido hasta el hospital Eva Perón. Pero la víctima sufrió tres paros cardíacos y murió, ya que la bala le había ingresado por la axila y le afectó el corazón.
