POLICIA

Más peritos comprometen a Frend en la escena del crimen

Un nuevo testimonio asegura que la acusada estaba en el departamento cuando murió Solange. Video de la reconstrucción del crimen.

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| Cedoc.

Según afirmó el perito forense de la Policía Científica, el crimen de Soledad Grabenheimer tuvo que haberse cometido entre la 1 y las 7 de la mañana del 10 de enero de 2007, premisa con la cual complica la situación procesal de Lucila Frend, quien sostiene que ese día se fue a las 7.30, mientras su amiga dormía.

Ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro, el médico Eugenio Aranda, forense de la Policía Científica, intentó así desacreditar el informe de la División Homicidios de la Policía Bonaerense que daba un margen más amplio sobre la hora del crimen.

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Anteriormente, Luis Kvitko, jefe de cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Buenos Aires y perito de parte de la familia de la víctima, había dicho que no hubo "ninguna duda" de que el cuerpo de Solange "tenía 24 horas de muerto" al momento de ser hallada, lo cual fijaría la hora de la muerte a la una de la mañana.

Si bien todavía no se conocen los motivos del crimen, los testigos insinuaron la existencia de una relación homosexual entre ambas amigas. Frente a ello, Frend aclaró: “soy heterosexual. Siempre fui heterosexual. Nunca me gustaron las mujeres. Yo con ella (Solange) tenía una muy linda amistad, con problemas de convivencia, como cualquier persona”, insistió la joven acusada, luego de presentar una reconstrucción del crimen, de acuerdo a sus dichos.

En el juicio también declaró el hermano de la víctima, Marcos, para insistir en la teoría de la querella: que Solange tenía en los últimos tiempos una mala relación con Lucila en la convivencia y que planeaba irse del departamento de Florida para vivir sola.

"Lucila era más desordenada. No lavaba los platos, le usaba la ropa y el desodorante", dijo el testigo, quien reveló que a su hermana le molestaba encontrarse a la ahora acusada con amigos en su propia cama mirando televisión.

El tribunal también escuchó a una empleada de los padres de la víctima, que -según la defensa- recibió un llamado de Lucila el día del crimen porque la joven ahora acusada estaba preocupada por Solange.

La testigo, María Celeste Stuchetti, desmintió que hubiera recibido el llamado de Frend, pero la defensa mostró un informe telefónico que probaba que la comunicación había existido.