El 27 de octubre de 2005, el entonces gobernador de Mendoza y actual vicepresidente de Argentina, Julio Cobos, se desmayó frente a su casa, conmocionado por un numeroso grupo de vecinos de la Quinta Sección de la capital provincial, que protestaba por un homicidio que conmovió a la zona: el de Susana Cruz de Rubino.
El asesinato de Cruz de Rubino conmovió a la provincia, produjo cambios en el gabinete del gobernador y fue seguido de cerca por la población local hasta que fueron detenidos los sospechosos del crimen. Ahora, los acusados están a punto de enfrentar un juicio del que tienen grandes posibilidades de salir en libertad.
Dos días antes del desmayo de Cobos, Susana Cruz, de 56 años, había estacionado frente a su vivienda de Tiburcio Benegas al 800, cuando al menos dos sujetos la asaltaron. La víctima, que estaba con su hija, se habría resistido y uno de los ladrones le disparó en la cabeza; ambos huyeron al advertir la dificultad de llevarse la camioneta. La mujer falleció quince horas después en el Hospital Central, a causa del balazo recibido.
"El crimen de la Quinta" -como se lo conoció- provocó una seria crisis en el gobierno de Julio Cobos. Hubo marchas y cacerolazos en la Quinta Sección, una zona considerada segura, y más de 300 vecinos se movilizaron hacia la casa particular de Cobos; ante ese hecho, le bajó la presión y se desmayó.
Cobos echó al entonces ministro de Justicia y Seguridad, Osvaldo Tello y en su lugar puso a Miguel Bondino. Con toda la presión, el fiscal de la causa, Daniel Carniello, continuó la investigación a partir de de un Chevrolet Corsa en el que huyeron los delincuentes. Así, uno a uno fueron cayendo.
El primero fue Carlos Molina, detenido por Investigaciones de Comodoro Rivadavia el 18 de noviembre de 2005, a pedido de sus pares mendocinos. El hombre dejó rastros certeros sobre los planes de fuga: en las planillas de llamados telefónicos se repetían números con la característica de esa localidad.
El 6 de enero de 2006 fue el turno de Mario Díaz: lo ubicaron en una casa del barrio 12 de Mayo, de Las Heras, tras meses de búsqueda. Es una persona conocida; juzgada y absuelta por el beneficio de la duda en el caso Zambrano-Rodríguez. El círculo se cerro con Jorge Oscar Ramos Olarte, detenido el 17 de octubre de 2006 en una casa del barrio Razquin, en Godoy Cruz.
La imputación que pesa sobre ellos es "homicidio críminis causa" (matar para robar) y los tres pueden ser condenados a prisión perpetua. El fiscal entiende que fueron a la casa de la mujer para robar algo de valor, informa el diario Los Andes.
Pero será un juicio difícil, según fuentes judiciales citadas por el diario. No hay demasiadas pruebas concretas contra los detenidos; sólo algunos indicios. Molina asegura desconocer a los otros imputados, por ejemplo, y el arma homicida nunca apareció. Además, algunos testigos propuestos por la defensa indicarían que los acusados no estaban en el lugar del crimen. Por, Mendoza está conmovido una vez más.