El comerciante Ernesto Matas, de 50 años, quien ayer fue víctima de un asalto en su casa de Martínez, murió hoy tras pasar la noche en gravísimo estado luego de recibir un disparo en la cabeza.
Los tres delincuentes que habían ingresado a robar en la casa de Matas fueron abatidos anoche luego de un feroz tiroteo con la policía.
Este fue el terrible saldo de un nuevo episodio de violencia en el Gran Buenos Aires, una circunctancia que los vecinos (de norte a sur) soportan con estoicismo y que no parece encontrar lugar entre los "grandes temas" de consideración política.
La esquina de Libertad y Necochea fue el epicentro del salvajismo. Esa zona de Martínez, a tres cuadras del hipódromo de San Isidro, soportó un tiroteo tan feroz que los testigos hablan de entre 70 y 100 balazos. "Fue de terror, no sabíamos que hacer, nos tiramos todos al suelo, los tiros no terminaban nunca...", dijo un vecino, todavía shockeado.
Según se supo, los tres ladrones ingresaron a robar en una casa de Libertad y Necochea, aprovechando la llegada de un vehículo a la misma. El hombre, de 50 años, no pudo resistirse, pero desde una casilla de vigilancia cercana un custodio dio aviso al 911. Incluso se dice que una hija del comerciante, desde el interior, vio a los ladrones y corrió a un baño, desde donde también llamó a la policía. Al margen de quien llamó primero, lo cierto es que minutos después un patrullero llegó al lugar.
Los uniformados fueron recibidos a tiros desde un Peugeot 405 estacionado frente a la casa, donde dos malvivientes aguardaban la salida de los tres que habían ingresado a robar. Al ver lo que ocurría, los ladrones decidieron salir a la calle con el dueño de casa y una de sus hijas como rehenes, pero la chica consiguió zafarse y correr hacia los policías a los gritos.
Enloquecidos, los delincuentes le dispararon a la joven, que salvó su vida gracias a que un policía se abalanzó sobre ella y la cubrió con un chaleco antibalas. Ya habían llegado otros dos patrulleros y en el infernal enfrentamiento tres delincuentes resultaron abatidos. Luego se informó que dos de los malvivientes lograron escapar.
En medio de la balacera el comerciante dueño de cabeza recibió un tiro en la cabeza. No está claro aún si la bala que recibió fue de los delincuentes o de la policía, pero fue trasladado en gravísimo estado al Hospital de San Isidro donde finalmente murió. Peritos de la DDI de San Isidro y el fiscal de turno del Departamento Judicial trabajaron en el lugar.