El empresario Luis Tarzia, sindicado como el presunto nexo entre Sebastián Forza y los narcos mexicanos en la ruta de la efedrina, murió esta madrugada de un paro cardiorrespiratorio en una clínica porteña, a donde había sido derivado hace dos días desde el penal de Marcos Paz.
Tarzia había sido trasladado a ese centro de salud hace dos días desde el penal de Marcos Paz, al parecer, debido a un edema pulmonar. Para el abogado de las viudas de las tres víctimas del triple crimen de General Rodríguez, Miguel Ángel Pierri, la noticia de la muerte del empresario Luis Tarzia es " lo peor que le puede pasar a la causa".
En declaraciones a DyN desde Río de Janeiro, Pierri explicó que en los últimos diez días Tarzia " estaba muy deprimido y no soportaba la situación que estaba atravesando". Ante ese escenario, el juez que investiga la ruta de la efedrina, Federico Faggionato Márquez, "tenía la expectativa de que Tarzia hablara y permitiera avanzar en la investigación", resumió Pierri. "Su muerte es lo peor que le pudo pasar a la causa. Era una pieza clave en la investigación, el vínculo entre (Sebastián) Forza y los mexicanos. Si hubiera hablado, probablemente todo se habría resuelto mucho más rápido", lamentó el letrado.
Tarzia había sido detenido el 18 de julio pasado durante un allanamiento a un laboratorio clandestino en Ingeniero Maschwitz, procedimiento en el que fueron apresadas también nueve personas de nacionalidad mexicana. Según fuentes de la investigación, habría sido Tarzia quien vinculó a los mexicanos con el empresario farmaceútico Sebastián Forza, uno de los tres asesinados en el triple crimen de General Rodríguez.
En la causa que lleva adelante el juez Faggionato Márquez, Tarzia se describió como "consignatario de campos" y, al prestar declaración indagatoria, dijo que estaba "de casualidad" en la casa-quinta allanada en Ingeniero Maschwitz.
Días después de ese allanamiento, que se produjo luego de un llamado anónimo "de un vecino", en General Rodríguez fueron encontrados acribillados a balazos Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, presuntamente, según los investigadores por una disputa a raíz de quién se quedaba con el negocio de provisión de efedrina a los mexicanos, o por la venta de una carga adulterada del precursor químico.
Fuente: DyN