La nueva edición de la Revista Hombre –que estará en los kioskos a partir de mañana, publica una entrevista en profundidad con el ex gerenciador del boliche República Cromañón, Omar Chabán, acusado de ser partícipe de la muerte de 194 personas en la tragedia que se desató la víspera de Año Nuevo, el 30 de diciembre de 2004, en un recital del grupo de rock Callejeros.
El ex empresario de espectáculos, que deberá continuar detenido en el penal de Marcos Paz hasta la realización del juicio por el incendio del boliche de Once, confiesa sus estados más íntimos: pesadillas, obsesiones y angustias de un hombre que piensa en el suicidio como la única fuga posible y que ve la posibilidad de dar clases de teatro en Cuba si algún día sale de la cárcel.
Chabán, que se considera condenado de antemano por la Justicia, habló además sobre su supuesta participación en la tragedia y recordó que la privación de la libertad “es como morir en vida, una tortura, es un infierno”.
"Tengo miedo por lo que me pasó - dijo- porque de verdad yo trabajaba con una ética, tenía ideales espirituales, creía en el arte. Después, no te cuento mi vieja: toda mi familia destruida. Las tragedias son cada vez más grandes, ni hablar de los juicios que me llegan” y de los sueños recurrentes que lo atraviesan y que los relaciona con la causa.
Por último, se refirió al dolor de los padres de los chicos de Cromañón pero recordó también su propio sufrimiento: “Vivo en un fracaso absoluto, mi familia se ha llenado de tragedias, de enfermedades, siento la agresión, y todo eso crea histerias en el cuerpo. Personalmente tengo unas hemorroides delirantes, en los ojos me salen úlceras, mi prostatitis se ha exagerado, voy cada dos minutos a mear al baño. Me duelen los huesos, los músculos, de estar todo el tiempo encerrado, sentado, el cuerpo te rebota mal. Por supuesto el tema más jodido es el de mi mamá. Y pienso en estos padres que no hay forma de volver atrás”.
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