Fernando Cartasegna regresó a los tribunales de la ciudad de La Plata. Lejos de retomar su rutina como instructor de la fiscalía especializada en delitos conexos con trata de personas y pedofilia, esta vez lo hizo para ampliar su declaración testimonial en la causa por el extraño ataque que denunció el miércoles pasado en su despacho.
Este viernes el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 4 habría aportado nuevos detalles de lo que ocurrió hace cuatro días, cuando apareció maniatado y con signos de haber sido ahorcado con cables. Entre otras cosas, aseguró que fue obligado a escribir con azúcar la palabra “Nisman” en el piso, pero explicó que las últimas dos palabras las completó su atacante.
Cartasegna fue licenciado por tiempo indeterminado después del último ataque sufrido (el sábado anterior había sido amenazado en la calle por dos hombres y una mujer que vestían ropa policial). Para determinar cómo es su estado de salud después de todo lo que pasó es que las fiscales Ana Medina y Betina Lacki pidieron que se lo someta a una serie de estudios psicológicos y psiquiátricos.
Por lo pronto, las investigaciones que llevaba adelante Cartasegna serán instruidas por los fiscales Hugo Tesón, Mariana Ruffino, Martín Chiorazzi y Alejandro Marchet..
En cuanto a la investigación por el ataque que denunció, voceros judiciales consultados indicaron que continúan con la ronda de testimoniales y que hasta el momento no pudieron identificar a él o los autores del supuesto ataque.
Las hipótesis que manejan los detectives son de lo más variadas e incluyen desde ataques mafiosos por distintas causas que trabajaba la fiscalía hasta la teoría de un autoatentado.
La pista de los “policías caranchos” es el móvil que sugirió el propio fiscal cuando el sábado de la semana pasada fue amenazado y golpeado. Esta causa es una derivación de otra más compleja: el aparato de recaudación ilegal de la Policía de Buenos Aires en la capital provincial, un escándalo que se descubrió en febrero de 2016 con el hallazgo de sobres numerados con dinero en la Jefatura Departamental de La Plata. Lo extraño es que el fiscal Marcelo Martini, a cargo de esa pesquisa, nunca fue amenazado.
La posibilidad de un autoatentado o una cuestión personal tampoco es descartada, aunque algunos entienden que sería descabellada. No obstante, distintos funcionarios judiciales plantearon sus dudas sobre el relato de Cartasegna, y hasta el procurador Julio Conte Grand admitió: “No me cierra”.