A cuatro años del triple crimen de General Rodríguez, en el que fueron asesinados los empresarios farmacéuticos Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Mercedes llegó a una definición, al dar a conocer la sentencia que condenó a prisión perpetua a los hermanos Víctor (30) y Marcelo Schillaci (31), y a los hermanos Cristian (37) y Martín Lanatta (38).
El Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Mercedes condenó hoy a prisión perpetua a los cuatro acusados. "Este es un primer paso. El fallo no nos da felicidad porque está lleno de dolor y angustia. Nos atenemos a lo que dijo el tribunal", comentó Diego Ferrón, hermano de Damián, una de las víctimas, al canal C5N.
Sin embargo, la responsabilidad del hecho no terminaría con la participación de los hermanos Schillaci y Lanatta. Se presume que el autor intelectual del triple homicidio sería Ibar Pérez Corradi -prófugo desde marzo último-, y que habrían participado el expolicía bonaerense Sergio Galeano y Ana Laura Montiel, esposa de Martín Lanatta.
En tanto, Alejandro Sánchez Kalbermatten, abogado de la familia de Bina, también pidió que los cuatro acusados sean condenados a prisión perpetua y se les dicte la inmediata detención a los que permanecen en libertad, aunque los jueces decidieron rechazar esto último.
Por su parte, el abogado de la familia Ferrón, Miguel Ángel Pierri, adhirió a los argumentos de su colega y de la fiscalía y también pidió prisión perpetua.
En tanto, Roberto Casorla Yalet, defensor de los Lanatta, y Omar Daer, de los Schillaci, habían solicitado la absolución por falta de pruebas y plantearon la inconstitucionalidad de la aplicación de la prisión perpetua sin condena firme.
El caso. El hecho se inició el 7 de agosto de 2008, cuando Forza (34), Ferrón (37) y Bina (35) fueron convocados al hipermercado Wal Mart de Sarandí para participar de "una reunión presumiblemente vinculada con la venta ilegal de efedrina", según la elevación a juicio de la causa.
Se cree que, desde el supermercado, los tres hombres fueron llevados -bajo su consentimiento u obligatoriamente- hasta la casa de Cristian Lanatta, en Quilmes.
Las víctimas fueron asesinadas a balazos. Sus cuerpos,con signos de haber estado maniatados por la espalda con precintos, estuvieron guardados en freezers, hasta que fueron arrojados en un zanjón del partido de General Rodríguez, donde fueron encontrados seis días después, el 13 de agosto.