En su celda y sin vida fue encontrado uno de los acusados de un hecho atroz en la localidad de Puerto Deseado, en la provincia de Santa Cruz. Omar Alvarado estaba detenido con prisión preventiva por la violación de una mujer y el asesinato de su hijo de 4 años en febrero pasado.
Alvarado tenía 33 años, padecía esquizofrenia y era el principal imputado por el abuso sexual de María (44) y el asesinato del hijo de la mujer, Santino. Ambos fueron atacados cuando paseaban por la costa, en un lugar llamado la Punta Cavendish, a dos kilómetros del casco urbano de la ciudad de Puerto Deseado.
Según fuentes policiales, el acusado fue encontrado muerto en una celda de la Comisaría 4ta de Caleta Olivia por uno de los efectivos policiales del lugar el viernes a las 20.30 cuando realizaban la requisa del lugar. Ahora la investigación por la muerte de Alvarado está a cargo del Juzgado de Instrucción 4 a cargo de Gabriel Contreras.
Alvarado estaba alojado en esa celda solo y no recibía visitas, según informaron fuentes judiciales. Los policías de la Comisaría de Caleta Oliva inmediatamente dieron aviso al juez Contreras, quien ordenó la realización de la autopsia para determinar la causa de la muerte.
El acusado había sido identificado en rueda de reconocimiento por la víctima y se había negado a hablar ante el juez de la causa. En cambio, el otro involucrado en este hecho (un menor de 16 años) declaró que ambos fueron los autores de la violación y crimen de Santino pero argumentó que había sido obligado por Alvarado a hacerlo.
El hecho. La violación y asesinato ocurrieron el jueves 20 de febrero pasado, cuando la mujer y el niño, oriundos de la ciudad salteña de Rosario de la Frontera, viajaron para visitar a un hijo mayor de ella, radicado en Puerto Deseado.
Ese día, antes de ir a trabajar, el hijo dejó a su madre y a su hermanito en la playa para que pasearan y fue en ese momento en que ambos fueron interceptados y atacados.
De acuerdo a los datos que pudo aportar la víctima a la Policía, los agresores la amenazaron con un cuchillo, la obligaron a caminar hasta una cueva junto a su hijo y, una vez allí abusaron sexualmente de ella y la golpearon.
La mujer perdió el conocimiento -los agresores la abandonaron creyéndola muerta-, y al volver en sí vio que si hijo no estaba, por lo que caminó herida varios kilómetros hasta lograr pedir ayuda.
El cuerpo sin vida del niño, que fue atacado a golpes en la cabeza, fue hallado poco después en una zona de acantilados cercana al lugar de la violación.