Los investigadores hablan de “una banda organizada”. Un grupo dedicado a la sustracción y venta de bebés bajo una modalidad poco convencional: reclutan adictos al paco y les entregan dosis de pasta base a cambio de una criatura que después ofrecen en el interior del país.
Según fuentes policiales consultadas por PERFIL, la inteligencia de este grupo arranca en la estación de trenes de Constitución, donde suelen ofrecer sus “servicios”. Un servicio que también incluye canje de elementos robados –preferentemente artículos de electrónica– y otros tipos de drogas.
En principio, los pesquisas sospechan que están frente a un grupo que podría tener varias ramificaciones en distintos puntos del país. ¿Cómo operan? La banda estaría compuesta al menos por siete delincuentes, todos ellos identificados en la causa a partir de la declaración de una reclutadora arrepentida que sustrajo dos bebés en los últimos meses.
La acusada –que está detenida junto a su concubino y a un familiar– reveló que es adicta al paco y que recibió varias dosis a cambio de entregar las criaturas. También indicó que los miembros de la organización se dedicarían a comercializar estupefacientes y reducir elementos robados.
Como ella, la Justicia sospecha que habría otras personas más que harían lo mismo, aunque por el momento no lograron establecer cuántos bebés fueron robados. Lo que sí se sabe es que las criaturas serían comercializadas en distintos puntos del país.