POLICIA
Deudas, estafas y cheques sin fondo

El perfil "tirano" del productor rural acusado de matar al chico que cazaba liebres y perdices en su campo

Rodolfo Sánchez está detenido por haber atropellado de manera intencional a un chico que entró a cazar a su campo. El destrato a sus empleados y por qué había gente que lo odiaba. Galería de fotos

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Rodolfo Sánchez, el productor agropecuario detenido por el crimen de Alex Campo. | Foto Gentileza- InfoCañuelas /Augusto de la Rosa.

Rodolfo Sánchez (57), el productor agropecuario que está preso por matar al joven que cazaba liebres y perdices en Cañuelas mostró rápido sus cartas frente a la fiscal que investiga el caso: se paró en el lugar de víctima e intentó a rebatir la versión de los principales testigos, aunque lo hizo sin demasiados argumentos.

En la indagatoria dijo que no tuvo intención de atropellar a Alex Campo (15) al afirmar que se cruzó en su camino, pero al mismo tiempo lo acusó de robarle un ternero, como si eso fuera un motivo válido justificar su reacción.

"Vi a dos personas que se iban llevando un ternero en brazos. Fui hacia la zona tocando bocina y mientras los perseguía apareció otra persona de la nada, no sé si de abajo del paso o de atrás de una vaca, por lo que intenté frenar de golpe y eludirlo, pero no pude porque había rocío”, le dijo a la fiscal.

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Un productor rural mató a un chico que cazaba liebres y perdices en su campo

Sánchez manejaba una imponente camioneta Dodge RAM 4x4. Según su versión, estaba con sus padres en una casona de su campo ubicado en la ruta 205, a la altura del kilómetro 73, cuando advirtió la presencia de tres extraños en su campo, aunque en ese momento no llamó a la Policía. Recién lo hizo después de atropellar y matar a Alex.

La víctima vivía con su familia en el barrio Guzetti de Cañuelas. Desde muy chico solía cazar en la zona con amigos y alguno de sus hermanos. Lo hacía siempre acompañado por sus perros galgos. Además, militaba en el Movimiento Territorial de Liberación (MST) y colaboraba en varios merenderos. Lo de cazar era, en parte, para un juego, pero al mismo tiempo una buena excusa para sumar algo más para la olla.

"Desde la Unión de Trabajadores de la Tierra exigimos castigo para el asesino de Cañuelas, nos solidarizamos con la familia de Alex, amigos y compañeros del MTL y reclamamos mayor protección para nuestros niños y jóvenes en las zonas rurales y semi rurales de la provincia de Buenos Aires", exigieron en un comunicado oficial.

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“Todo fue muy rápido -intentó explicar Sánchez-, escuché un golpe en la camioneta, pero no sé dónde, me adelanté unos metros y se acercó uno con un ternero en brazo blandiendo un palo, como apurándome, y me dijo algo que no escuché porque tenía la ventanilla levantada”.

Los dos chicos que estaban con Alex dieron una versión totalmente opuesta: dijeron que estaban cazando perdices, liebres y cuises, algo que además hacían con bastante regularidad.

“Levántelo y llévenselo de acá”, coincidieron que les dijo el productor rural después de atropellar al chico. Los familiares y conocidos de la víctima, que llegaron a la escena cuando ya no había más nada que hacer, también describieron la prepotencia del estanciero: "Ahí está el chorro", le espetó a uno de los policías que participó del operativo. 

La otra cara

La reacción desmedida y criminal en la persecución a campo abierto, la manera en la que encaró a los amigos de Alex después de arrollarlo con su 4x4 y hasta el hecho de negarse a brindarle asistencia describen, en parte, la personalidad del acusado. Los que lo conocen o trabajaron con él coinciden en un punto: siempre se manejó con impunidad y desprecio hacia la mayoría de sus empleados.

Sánchez, que podría recibir una condena a perpetua si prospera la acusación por "homicidio agravado por alevosía", no tiene buena fama en la zona de Ezeiza, donde es dueño de al menos cuatro agencias oficiales de lotería y quiniela.

"Acá lo querían ver muerto porque nunca tenía plata para pagar los premios", revela a PERFIL Romina, una ex empleada que trabajó con él cerca de un año y atendió varios de sus locales. "Solo pasaba a buscar el dinero de la recaudación y ni siquiera se bajaba de la camioneta porque temía que lo atacaran", agrega.

El misterio del golpe de los $40 millones: cayó la banda pero el dinero no aparece

Romina recuerda que muchos clientes terminaban amenazando a los empleados por la falta de pago del dueño. "Nosotras teníamos que dar la cara por él y cuando le pedíamos que hiciera algo te decía que el trabajo era así. ¡Nos llegaron a hacer una macumba en la puerta del negocio! Y un día lo corrieron a piedrazos, por eso después no quería bajar de su camioneta", apunta a este diario.

El productor rural llegó a tener más de veinte empleados, aunque a casi todos siempre los tuvo en negro sin aportes, vacaciones ni aguinaldo, según cuenta otra trabajadora que prefiere no revelar su nombre por temor a sufrir una represalia. 

A una de ellas la despidió después de que sufriera un violento robo y lo increíble es que además le descontó el dinero que se llevaron los delincuentes. "Entraron tres hombres armados, me golpearon y amenazaron con un arma en la espalda, pero cuando lo llamé al dueño para contarle lo que había pasado me dijo que la culpa era mía por dejarlos entrar", señala.  

Los registros impositivos de Sánchez -hay que decirlo- validan el "perfil impune" que describen las empleadas. En los últimos seis meses, por ejemplo, le rechazaron cheques por un valor superior al millón de pesos, tiene tres juicios pendientes por deudas impositivas que suman más de 220 mil pesos y su camioneta posee al menos veinte infracciones de tránsito, en su mayoría por exceso de velocidad en autopistas.

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En provincia las multas acumuladas hacen un total de 57.731 pesos, mientras que en la ciudad de Buenos Aires la penalización llega a $ 32.100.

Sus negocios, bienes e inversiones (en el campo de Cañuelas cría caballos árabes) indican que no debería tener dificultades económicas para hacer frente a todas estas obligaciones, aunque evidentemente su accionar parece más una forma de ser que una cuestión meramente financiera. Desde el domingo tiene un problema un poco más grave: lo acusan por homicidio agravado por alevosía.

LN / DS