Elsa Juárez, integrante de la organización contra el narcotráfico "Madres del Pañuelo Negro", fue secuestrada durante tres horas en un auto el sábado en Tucumán. Sus captores la amenazaron para que no haga más denuncias sobre el tráfico de droga en la provincia.
La mujer trabajó durante cuatro años en la localidad tucumana de La Florida junto al sacerdote Juan Viroche, quien apareció muerto en su parroquia esta semana.
Juárez relató este lunes que el sábado pasado a las 10 se disponía a viajar desde Tucumán a Buenos Aires para participar de un programa televisivo. Entonces fue abordada por personas que se movilizaban en un automóvil Chevrolet Corsa.
"Yo tendría que haber viajado a Buenos Aires porque el sábado iba al programa de Mauro Viale, y alguien me abordó cerca de mi casa, eran cerca de las 10. Me estuvieron dando vueltas en un Corsa oscuro y a las 13 me largaron", indicó la mujer en diálogo con el canal Todo Noticias (TN).
"No me lastimaron, no me hicieron nada, pero sí torturándome con palabras fuertes, como que deje las marchas, que no viaje a Buenos Aires, que me calme y me quede tranquila", agregó, según la agencia DyN. Y sostuvo que sus secuestradores "sabían de sus movimientos, porque nadie sabía del viaje" que iba a realizar a la Capital Federal.
La mujer contó que conocía al padre Viroche, quien la semana pasada apareció muerto, en lo que la autopsia consideró un suicidio, en la parroquia de La Florida. Los vecinos sostuvieron que al sacerdote lo mataron por sus denuncias contra el narcotráfico de la zona.
"Hemos trabajado cuatro años en Costanera, lo iba a ver a La Florida, me ayudó mucho porque yo soy mamá de un joven adicto", expresó Juárez, quien aseveró que el religioso "no" se suicidó.
Juárez denunció que en La Florida "se vende la droga como caramelos y la prostitución de las niñas de 10 años para arriba es frecuente". Por el secuestro de la mujer se le dio intervención al fiscal tucumano Washington Navarro Dávila.