POLICIA
tragedia en costa salguero

Time Warp: dos jefes de la agencia de control estuvieron en la fiesta

Pertenecen al Gobierno de la Ciudad. Uno es gerente y el otro inspector. Ninguno reportó irregularidades durante el evento.

Acusado. Claudio Iacobaccio es gerente operativo en la sección de Eventos Masivos.
| Cedoc

Los tres inspectores que la Agencia Gubernamental de Control (AGC) envió a verificar que se cumplan los requisitos de la habilitación concedida durante Time Warp fueron indagados este martes en el juzgado de Sebastián Casanello y explicaron por qué no indicaron faltas en su acta. Apuntaron, además, a su jefe: Claudio Iacobaccio, gerente operativo de Eventos Masivos de la AGC, que aparentemente estaba en la fiesta de Costa Salguero. Al igual que otro de sus superiores, el inspector Fernán García Vázquez.

Tras la revelación de Gustavo Herms, Néstor Cell y Pablo Fontanellas, Iacobaccio y García Vázquez fueron llamados a indagatoria por Casanello, indicaron fuentes de la causa a PERFIL.

El gerente de Eventos Masivos de la Ciudad de Buenos Aires deberá declarar a qué hora se retiró y por qué no notó las irregularidades, como las fallas en el plano de evacuación, de la ausencia de agua en los baños y el hacinamiento.

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Sin embargo, a diferencia de los inspectores que firmaron el acta, Iacobaccio y Fernán García Vázquez asistieron al evento como particulares y no al servicio del área que los emplea. El dato fue confirmado a PERFIL por la Agencia de Control Gubernamental.

Desde la entidad indicaron que durante la recorrida, los inspectores designados observaron un bidón de agua entre los dos vips. Dijeron, además, que el agua corría en los baños y que la venta de droga “no la notaron” y “que está fuera de su alcance”. Es decir, que no pueden sancionar esa actividad. Sobre las personas que asistieron al evento, aseguraron que “visualmente” detectaron “10 mil personas” –tal como declararon los organizadores– a las 3 de la madrugada, “tal vez dos o tres mil más”. Por eso no constaron el exceso de personas presentes.

Iacobaccio, que fue denunciado por La Alameda y el legislador Gustavo Vera por enriquecimiento ilícito la semana pasada, es arquitecto y fue ascendido a gerente de la AGC en 2011. Desde entonces, su patrimonio habría aumentado considerablemente, según los datos de la ONG.   

Desde la AGC indicaron que el titular de la entidad, c, suspendió al gerente de Eventos Masivos y que se abrió un sumario interno, a raíz de la denuncia de Vera y su fundación.

Los testigos que declararon en la causa coincidieron en que “ni bien se entraba al sitio, los vendedores de drogas recibían a la gente ofreciendo: keta, lcd, éxtasis, cocaína y superman” y que “el lugar se encontraba hacinado, con poca ventilación y mucho calor. Estos factores fueron provocando reacciones en los concurrentes, como por ejemplo, principios de asfixia”. Además, “también se cortó la red de  agua corriente a la madrugada”. Nada de esto notaron los inspectores presentes.

Testimonios. Los tres controladores indicaron  que dejaron el predio a eso de las 4 de la mañana. A esa hora, según consta en los chats del grupo “Time Warp” de los organizadores, el ingreso había superado a los 13 mil por los que habían habilitado el evento. En WhatsApp, a las 04:04:15 am, desde el celular de “Axel” de Axcess Group, la empresa encargada para controlar los accesos, contaba 18.003, muy superior a la permitida. En uno de sus dictámenes, el fiscal federal Federico Delgado describió la situación de la Time Warp como una “zona liberada” para que pudieran comercializarse los estupefacientes.

“Pasamos como si fuéramos un malón. Adentro había mucha gente y hacía mucho calor. Ahí me di cuenta de que eso era como un Cromañón. Quería salir del lugar, volverme, y no podía. Había gente por todos lados”, contó Micaela Polivoy, en una entrevista a PERFIL. Un relacionista público que trabajó para el grupo de empresas vinculadas a Víctor Stinfale–que pidió resguardar su identidad– contó que el predio “desbordaba”. Dijo que “las irregularidades”, como cortar el agua en los baños, eran “comunes” en este tipo de fiesta. “Si no pasaba nada, todo iba a seguir igual”, consideró y contó que, “al ver gran cantidad de gente es imposible llegar a la puerta de salida. Los chicos que murieron, se descompensaron adentro y no pudieron salir”.