Los dos hombres detenidos por los asesinatos de los policías de La Plata hablaron luego de ser liberados y afirmaron hoy que no tienen relación con el caso -incluso uno de ellos dijo que " me la van a pagar uno por uno". Mientras tanto, el Gobierno bonaerense sigue analizando una posible denuncia contra el juez César Melazo, que cuestionó los arrestos y la "novelesca" hipótesis del caso.
Leandro Colucci, empleado del Ministerio de Desarrollo Social, se proclamó " perejil de las elecciones" tras pasar 48 horas preso, bajo la sospecha de haber mandado cometer los homicidios en un supuesto ataque de celos porque su ex pareja habría frecuentado a uno de los suboficiales asesinados.
" Esto es una detención electoral. Acá no hay nada pasional. El perejil soy yo. Soy el gil de toda una mafia. No soy un asesino. Por suerte estoy contenido por mi familia", dijo en declaraciones a la prensa tras su liberación, publicadas por el diario Hoy de La Plata.
Mientras tanto, Gustavo Mastrovitto, señalado como barrabrava de Estudiantes de La Plata, aseguró que la herida que recibió en la mano fue al día siguiente y aseguró que se enteró por los medios de comunicación del triple crimen. " Me la van a pagar uno por uno. No sé quién hizo esto de mandarme a la gente a mi casa porque el daño psicológico que le hicieron a mis hijos me lo van a pagar", dijo Mastrovitto esta tarde en diálogo con C5N.
Cuando le preguntaron si era integrante de la barra brava de Estudiantes, afirmó: "Yo soy hincha de chiquito desde que estaba en la panza de mi mamá... ¨ qué es barra brava?" Mastrovitto insistió en que fue herido de un balazo en la calle y que no hizo la denuncia ante la policía en el momento que lo hirieron, sino que lo reportó al medico que lo atendió en el hospital el domingo por la tarde.
"Ese día salí de mi casa, fui a hacer un mandado y se me cruzó un auto. Supuse que venía a robar, pero se me vino encima; (un sujeto) me dio un manotazo, dispara y me hiere en una mano", dijo. Según aseguró, anoche, al quedar en libertad, se enteró que las sospechas en su contra habían surgido por un llamado al 911 de alguien de la zona de Ezeiza.
Mientras tanto, desde el Gobierno, Felipe Solá y el ministro de Seguridad, León Arslanián, evaluaban embestir nuevamente contra Melazo en el Jurado de Enjuiciamiento, esta vez, por esta decisión que -para los investigadores- quebró el avance de la pesquisa.
Ayer, "sorprendido feamente", según confesó, Solá denunció que "no hay ganas de llegar a la verdad" en este caso, auguró que había pruebas "más que suficientes" para mantener presos a los sospechosos y deslizó que " parece que en la Argentina es buen negocio ser barrabrava". El propio Solá recordó que en abril de 2003 ya había pedido el juicio político de Melazo por anular allanamientos en una investigación considerara clave en el combate contra el robo de vehículos y los desarmaderos.
El crimen de los policías ocurrió en la madrugada del viernes 19 de octubre pasado en el predio central de comunicaciones del Ministerio de Seguridad: allí fueron asesinados con extrema brutalidad el sargento Pedro Díaz y los suboficiales Alejandro Vatalaro y Ricardo Torres Barbosa.
El caso enrareció el clima previo a las elecciones y el Gobierno salió a denunciar planes de desestabilización. El viernes, una serie de allanamientos derivaron en la aprehensión de Colucci y Mastrovitto. Pero en su resolución Melazo sostuvo que fue " apresurado" e "infundado" el pedido de detención contra los dos sospechosos, tras cuestionar el "novelesco relato de los hechos" que a su entender hizo la Fiscalía y la "liviandad de análisis" de la prueba.
El juez aseguró que "se dispuso apresuradamente la detención de personas sobre las que no existen indicativos vehementes para sospechar que participaron en la comisión del delito". "El apresurado análisis que realizan los agentes fiscales para tener a Colucci y Mastrovitto como dos de los tres autores, tal como surge del novelesco relato de los hechos, puede lograr indeseables efectos de mención", dijo el juez.
Fuente: DyN