Ariel Vilan, el responsable de la droguería Unifarma que murió el domingo pasado al arrojarse de un noveno piso, había recibido varios llamados de una persona que le reclamaba una deuda de cinco millones de pesos, informaron hoy fuentes del caso.
Se explicó que la revelación la hizo el hermano del muerto, Eduardo Vilan, al declarar como testigo ante la fiscal Ana María Yacobucci, a cargo de la investigación por los homicidios de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), cuyos cuerpos baleados fueron encontrados el 13 de agosto último en la ciudad bonaerense de General Rodríguez.
Vilan se presentó como querellante tanto en la causa que investiga el caso de su hermano como la del triple crimen con el patrocinio del abogado Miguel Angel Pierri, quien también representa a los familiares de Ferrón y Bina.
Según dijo Pierri a la agencia DyN, en su declaración testimonial Eduardo Vilan señaló que Ariel "estaba realmente en un estado de absoluta persecución, histérico, en el límite con la paranoia. El intentó ayudarlo, le ofreció irse al exterior pero no quiso porque decía que los iban a matar a ellos", por su hermano y su madre.
"También dijo que su hermano había comentado que lo llamaba un tal Pablo reclamándole cinco millones de pesos", añadió Pierri. Por eso "quería hablar con (Martín) Magallanes", señalado como el presunto último dueño de la droguería Unifarma donde trabajaba Vilan.
Según trascendió, Magallanes habría fundado la empresa Seacamp, de la que era responsable Forza. Los investigadores creen que en Forza está la clave del triple crimen.
"Con todo lo que tenemos hoy pensamos que hubo una deuda originada en una operación muy importante. Se comprometieron en conseguir algo, dar algún adelanto muy importante pero no pudieron cumplir y los mataron", dijo Pierri a DyN. "Ahora si fue por robo o adulteración de medicamentos, o de venta de efedrina, eso no lo sabemos", agregó.
El abogado señaló que Vilan le había mencionado el nombre de Forza a su hermano y sostuvo que tenía entendido que el titular de Unifarma es Magallanes.
Como querellante Pierri solicitó desde un comienzo que sean llamadas a declarar varias personas, entre ellas el ex policía José Luis Salerno, dueño de la droguería para la que trabajaba Ferrón como empleado, por considerar que sabe más de lo que hasta ahora dijo en la causa.
Lo que se sabe es que el 7 de agosto, el día en el que desaparecieron Ferrón, Bina y Forza, tenían previsto mantener una reunión de negocios.
Desde la querella representada por Pierri sospechan que a esa reunión debería en realidad haber ido Salerno y no Ferrón, quien "fue víctima de un mensaje que no estaba destinado a él", según estiman.
"Magallanes es a Vilan lo que (el ex policía, José Luis) Salerno es a Ferrón", señaló Pierri.
Los abogados aún no pudieron acceder al expediente ya que el juez de instrucción porteño Rodrigo Pagano Mata, a cargo del caso, dispuso extender hasta el fin de la semana entrante el secreto de sumario.
Fuente: DyN