El robo de hoy en el BAPRO de Belgrano trae a la memoria los dos últimos grandes robos de boqueteros en el país: los del Banco Macro en Congreso y del Banco Río en Acassuso.
El primero de los casos, más cercano en el tiempo, fue en marzo del año pasado y habrían participado 10 delincuentes. Los ladrones desvalijaron 218 cajas de la sucursal Congreso del Banco Macro, en Callao al 200, ingresaron a las 22 de un sábado y se fueron el lunes en la madrugada, con un botín millonario.
Todo empezó cuando el encargado de un edificio de Callao 262 -pegado al banco-, pidió una pizza. Al recibirla iba a cerrar la puerta pero dos ladrones armados lo amenazaron y entraron con él, llevando a un indigente que pernoctaba en la puerta del banco. Los ladrones amenazaron al encargado, a su hijo y al indigente y los llevaron hasta el primer piso donde funciona la Escuela Superior de Higiene y Seguridad Industrial, ubicada exactamente arriba de la entidad. Desde allí hicieron un boquete para acceder a la sucursal y otro para ingresar al sector especifico de las cajas de seguridad, para luego vulnerar la clave de la última puerta. Los ladrones bloquearon el sistema de alarma, lo que les permitió actuaron con tranquilidad. Al irse dejaron un cartel burlándose de la policía: "No será el robo del siglo, pero es el robo del milenio".
Pero el robo más celebre del rubro fue el del Banco Río en Acassuso el 13 de enero de 2006, una verdadera proeza delicitiva en la que los ladrones huyeron por un túnel hacia el Río de la Plata mientras la policía seguía pensando durante horas que estaban en el banco.
La etapa de instrucción fue cerrada a fines de 2006, cuando los fiscales Jorge Apolo, Eduardo Vaiani, Duilio Cámpora y Fabián Brahim, entendieron que los elementos de prueba recolectados eran suficientes para acreditar la participación en el robo de Luis Mario Vitette Sellanes, Alberto Rubén de la Torre, Sebastián García Bolster, Fernando Araujo y Julián Zalloecheverría, cinco de los ocho o nueve presuntos miembros de la banda que el 13 de enero de 2006 mantuvo como rehenes a 23 personas, saqueó 145 cajas de seguridad y escapó por un túnel pluvial con más de 10 millones de dólares. El dinero, hay que aclararlo, nunca apareció y sólo se recuperó una parte ínfima.