La obsesión del Presidente, Mauricio Macri, por el deporte y la vida sana también se reflejó en su gabinete durante el retiro espiritual en el complejo de Chapadmalal. Es que una parte del staff macrista decidió ayer, a la hora de la siesta, hacerse un rato para jugar al tenis, al paddle y salir a correr. Esta fue una de las tantas actividades en las que se pudo ver a Guillermo Dietrich (Transporte), Rogelio Frigerio (Interior) y Carolina Stanley (Desarrollo Social), entre otros.
La relación, distendida, entre los miembros del gabinete fue una de las notas salientes del retiro. El clima ameno es el denominador común de las casi 48 horas que estarán juntos, hasta hoy al mediodía. La despedida será tras el desayuno, luego de una breve conclusión de Macri y la puesta en común.
Ya el jueves por la tarde se empezó a sentir el buen clima. Esa noche, durante la cena con salmón grillado con ensalada hubo tiempo para anécdotas e intercambio de chistes. En especial, entre aquellos que compartieron gabinete en la Ciudad o vienen trabajando juntos desde hace largos años en el PRO.
Ayer fue un día, casi entero, de trabajo. De hecho, los ministros, y los invitados del Congreso, tenían prohibido tomar sus teléfonos celulares durante las reuniones en las que cada uno de los 22 funcionarios del gabinete, más los dos vicejefes de Gabinete, expusieron sus “desafíos”. Eran apenas cinco minutos, sin PowerPoint ni discursos grandilocuentes. Durante la mañana hablaron 12 ministros.
Al mediodía, las milanesas con papas y ensaladas fueron devoradas. También las tartas, en especial la de espinaca. Para la sobremesa, el postre Balcarce fue elogiado tanto como la ensalada de frutas y los panqueques de dulce de leche que prepararon los mozos que trabajan en el complejo turístico de Chapadmalal.
Otro de los temas que llevaron a chistes internos fue el reparto de las 17 casas que integran el complejo, y, salvo por la vicepresidenta Gabriela Michetti, obligaron al gabinete a compartir bungalows.
Macri estuvo en la residencia presidencial junto a Luis Miguel Etchevehere (Agroindustria), Andrés Ibarra (Modernización) y Hernán Lombardi (Sistema de Medios). Por su parte, la casa 13 fue la más ocupada de todas: había cinco ministros, mientras que seis casas tuvieron apenas dos integrantes. Las mujeres del gabinete, Stanley y Patricia Bullrich (Seguridad), tuvieron su propio bungalow, mientras que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, compartió con Dietrich el lugar. Cada bungalow cuenta con una pequeña cocina y dos habitaciones, con lo cual los privilegiados pudieron dormir sin compañía. El sorteo, aseguraron fuentes oficiales, fue realizado por la Secretaría General de la Presidencia, que se ocupó de la logística y la organización.
