La ciudad de Buenos Aires contará con una fuerza policial propia, que comenzará a funcionar a mediados del año próximo, según aprobó anoche en general la Legislatura porteña. La ley de Seguridad, que crea la Policía Metropolitana, obtuvo el respaldo de 42 legisladores, en su mayoría del bloque oficialista del PRO y la oposición kirchnerista y socialista, y el rechazo de 13, luego de un debate que se inició con más de dos horas de retraso producto de negociaciones políticas.
La Policía Metropolitana empezará a funcionar a mediados del año próximo, con unos 600 agentes, para intervenir en delitos vinculados al área de competencia de la Justicia de la Ciudad, en especial en contravenciones mediante acciones de cooperación y complementación con la Federal.
El ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, que presenció la discusión de la norma, admitió tras la aprobación que "no será fácil" la convivencia entre la fuerza comunal y la Policía Federal, que depende del gobierno nacional. Los legisladores macristas y del Frente para la Victoria acordaron antes del debate impulsar la creación del Instituto de Formación de la fuerza y de la Policía Judicial, una condición que garantizó la presencia de 31 diputados para el quórum.
Pero pospusieron para el análisis en particular, que comenzó poco antes de las 22.30, la discusión acerca de que si los agentes deben estar armados en forma permanentemente o sólo durante el horario de servicio. Tampoco hubo acuerdo previo sobre la autorización oficial para la sindicalización de los efectivos o la definición de la jefatura de los policías en un personal uniformado o civil.
Trece diputados se opusieron a la ley, entre ellos Patricia Walsh (Nueva Izquierda), Martín Hourest (Bloque Igualdad), quienes aseguraron en sus discursos que la nueva fuerza de seguridad "no resolverá la falta de seguridad", y el bloque del ibarrista Diálogo por Buenos Aires.
El vicepresidente 1º de la Legislatura, Diego Santilli, destacó el acuerdo alcanzado con el kirchnerismo, debido a que el debate implica "un salto cualitativo en las políticas de seguridad urbanas, que apunta a generar la primera solución de fondo en mucho tiempo a la inseguridad que aqueja a vecinos".
La diputada Silvia La Ruffa (Frente para la Victoria), presidenta de la Comisión de Seguridad, consideró que con la norma aprobada el jefe de gobierno, Mauricio Macri, "no va a tener más excusas" para "hacerse cargo de la seguridad" de la Ciudad. La Ruffa se mostró de acuerdo en que la nueva institución tenga "un jefe de policía civil", que sea "responsable ante su comunidad" y bajo una "conducción política" que marque "las estrategias centrales en materia de prevención del delito y la violencia".
Por su parte, el diputado del PRO, Daniel Amoroso, dijo que la creación de la fuerza policial "responde a un reclamo de la sociedad, que pide a gritos más seguridad, más efectivos en la calle y menos discursos". La socialista Verónica Gómez, en tanto, destacó "el aporte" de su partido en la conformación de la Policía Metropolitana, que tendrá una "concepción de la seguridad ciudadana como un valor social y un derecho de los habitante". Para la creación de la fuerza comunal fue tomada como ejemplo "la experiencia" de la provincia española de Cataluña, a cuyas autoridades les llevó "14 años" obtener el traspaso de la Policía, comentó el ministro Montenegro.
El funcionario aceptó que "no será fácil" la convivencia entre los agentes porteños y los federales, por lo que reclamó un "acuerdo político" entre la Nación y la Ciudad para definir algunos aspectos estratégicos de funcionamiento.
Fuente. DYN