La investigación para esclarecer quiénes son los verdaderos dueños de Ciccone Calcográfica tiene una pata más. La historia no empieza ni termina en torno al vicepresidente Amado Boudou y sus supuestos amigos miembros de The Old Fund SA –nueva dueña de la compañía– ni en el accionar de la AFIP para, presuntamente, allanarles el camino. La historia empieza y sigue alrededor de la familia Ciccone.
Aunque actualmente el foco está puesto en el vice y en The Old Fund, la sospecha de quienes conocen el expediente judicial es que la familia no estuvo ajena a las maniobras de Alejandro Vandenbroele y otros –se investiga si las negociaciones fueron encabezadas por José María Núñez Carmona, socio y mejor amigo de Boudou– para quedarse con la compañía.
La clave está en el rol que jugaron los Ciccone en torno a la quiebra y si propiciaron que la compañía quedara en manos de The Old Fund a cambio de un acuerdo para mantenerse en la imprenta. La Justicia querrá saberlo de boca de los Ciccone. De hecho, lo que está en juego es su rol en el concurso de acreedores, según pudo comprobar PERFIL, que los pone en camino de posibles imputados en la investigación penal.
¿Cómo una empresa dueña de un negocio millonario y disputado por el poder político y empresarial llegó a deberle 200 millones de pesos al fisco desde 2003?
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