POLITICA
Santa Cruz

Ahora Kirchner quiere echar a Peralta

El gobernador ya no le responde y hay versiones sobre un "recambio". El antecedente de Acevedo.

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| Cedoc

Tras la derrota electoral del 28 de junio, el avispero político santacruceño está agitado. Y según el sitio Opi Santa Cruz, toman fuerza las versiones sobre un posible plan desestabilizador en el pago chico de los Kirchner.

El modus operandi, según la fuente, es parecido al utilizado con Sergio Acevedo en su momento: aislar al gobernador Daniel Peralta, retirarle el apoyo político y económico y generar una campaña mediático de "desgobierno". De hecho, el sitio señala una "antinomia" en el vínculo entre Peralta y Néstor Kirchner.

"Para quien haya vivido en Santa Cruz en el 2006, la situación de hoy es calcada de aquella epopeya inscripta por el entonces presidente en los anales de la antipolítica y el desprecio por las instituciones", añade el artículo publicado en el portal santacruceño.

Las mismas personas que operaron para destituir a Sergio Acevedo comenzaron a trabajar para bajar al actual Gobernador de la provincia. OPI compara las épocas, reproduce los momentos donde Kirchner colocaba a su marioneta en el poder y cómo desde las sombras, los golpistas en el 2006, trabajaron para limar los frágiles pilares de un poder sustentado, exclusivamente, en las dádivas y la obediencia al líder del FPVS.

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"Sin lugar a dudas Santa Cruz enfrenta nuevamente un proceso de desestabilización política que no es inédito, en todo caso podríamos decir que se ajusta al dKlogo de los personeros del poder repartido desde la capital del país, merced a los buenos oficios de aquellos que en Santa Cruz prefirieron hibernar desde el 2007 para acá, hasta que las condiciones de sobrevida política les indicaran que podían sacar la nariz porque el aire había dejado de estar enrarecido", indicó OPI Santa Cruz.

Desde hace varios meses, como en el 2006 sucedió con Acevedo, se ha hecho evidente la antinomia Peralta-Kirchner y a pesar que muchos integrantes de este gobierno lo demientan, se puso en marcha el operativo político para aislar al Gobernador, retirarle todo el apoyo político y financiero, generar una campaña mediática de “desgobierno”, impulsar hacia adentro del FPVS un terremoto partidario que tamice los “kirchneristas” de “los otros” y evacuar a “los rescatables” antes de iniciar la fase final que es la de destruir directamente el capital político del mandatario provincial dibujándolo ante la sociedad que le dio el voto como un ser semi-inerte que no acierta a tomar una decisión con buen rumbo, e instalar seguidamente la idea de que el recambio es irremediable y necesario. En ese momento aparecerán “los salvadores”, léase el kirchnerismo ad-honorem de Santa Cruz liderado por su padre ideológico, que no dudará en pisar cabezas para clavar la bandera de la tercera victoria consecutiva sobre un consanguíneo partidario que no cumplió con la letra del deKalogo.

Este mecanismo previsible y ordinario, a pesar de la diáspora ocurrida con la última estampida sanchista, cuenta con mucha mano de obra local, inclusive mucha de ella está en la Legislatura, en sectores de la administración pública y en el propio gobierno provincial. En general todo se fundamenta a través del cliché desgastado de la “traición partidaria”, cuando en realidad lo que se trata es de reinstalar el status quo del kirchnerismo ultraconservador que no admite ningún desfasaje de procedimientos detallados en el dKlogo y mucho menos (obviamente) permite “pensar”. El pensar es una actividad acotada a la máxima entidad del movimiento, es decir al ex presidente, que explica cualquier aberración política que ordene ejecutar a través de frases hilvanadas, cosidas y remalladas como: “no responde a las bases”, “está fuera de nuestro modelo” y cosas por el estilo para decir, sencillamente, que sacó los pies de plato y por eso lo echan.

Para quien haya vivido en Santa Cruz en el 2006, la situación hoy es calcada de aquella épica epopeya inscripta por el entonces presidente en los anales (nunca mejor utilizado el término) de la antipolítica y el desprecio por las instituciones. Todo comenzó de la misma manera que en 2006, habrá que ver, en esta oportunidad, cómo termina.

En el sur, Peralta sueña con la construcción de un espacio político propio y casi no le responde a Kirchner en muchos aspectos. Y no sería descabellado creer que el propio ex presidente quiera volver a las fuentes con un regreso político a su provincia natal.

 

Fuente: Agencia OPI Santa Cruz