Hace un mes, estuvo a punto de sellar un ambicioso acuerdo con el gobierno nacional para lavarle la cara al Fútbol para Todos. Pero las desinteligencias en el gabinete no sólo quebraron el convenio y la relación con el conductor de TV, sino que lo pusieron en la vereda de enfrente. Ayer, Marcelo Tinelli le mandó un mensaje velado al kirchnerismo al sacarse una foto con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, adversario declarado de la Casa Rosada y con intenciones de ser presidente en 2015.
La excusa formal del encuentro fue la firma de un convenio a través del cual San Lorenzo –club del que Tinelli es vicepresidente– cede a la Ciudad de Buenos Aires tres terrenos, para que se hagan una escuela, dos jardines de infantes y un espacio público. Pero la verdad es que se trató de un retrato político.
El vínculo entre el macrismo y Tinelli no es de ahora. El animador es amigo del jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que estuvo ayer en la conferencia de prensa. Semanas atrás se los vio comiendo juntos en un restaurante de sushi. Antes de sentarse a la mesa, se fundieron en un abrazo. Otro dato: el Banco Ciudad es el sponsor oficial que aparece en la camiseta de San Lorenzo, una decisión aprobada por Macri. Las buenas relaciones con el macrismo también le sirven al vicepresidente de San Lorenzo para que su club recupere la ubicación del estadio en Boedo sobre avenida La Plata (hoy hay allí un supermercado). Ayer, dijo que está cerca de firmar un acuerdo con Carrefour por ese tema.
La trastienda. El acuerdo para lavarle la cara al Fútbol para Todos y despolitizarlo desató la ira del hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner. Es que Tinelli se proponía no sólo cambiar de imágenes y de logo, sino remover a conductores “militantes” y evitar que se bajara línea durante las transmisiones. El kirchnerismo duro mandó a Hebe de Bonafini a recordarle a Tinelli que Néstor Kirchner concebía el espacio como “un proyecto político”. El Gobierno dio marcha atrás con el acuerdo, y Tinelli saltó con los tapones de punta a criticar al oficialismo. “Qué muchachos difíciles”, fue uno de sus tuits vinculados al frustrado acuerdo. Cuestionó, también, a la presidenta de Madres de Plaza de Mayo. Unas semanas después se montó a las críticas que Sergio Massa hizo al borrador del Código Penal que el Gobierno pretendía aprobar en el Congreso. “Es una locura”, escribió a través de la red social Twitter. “Es bueno que cualquiera sea la pena prevista, el que cometa el delito sepa que se le va a aplicar en caso de infringir la ley penal”, tiró.
Decididamente volcado a ser oposición al Gobierno, ayer se sacó la foto con Macri.
Sobre el convenio con Macri dijo: “El gobierno porteño tiene un plan ambicioso para la zona sur de la Ciudad y nosotros como club somos partícipes importantes de él.
Este acuerdo es de suma importancia”. Macri, por su parte, precisó que “San Lorenzo es parte importante de la zona sur y es una entidad de prestigio nacional e internacional. Más desde que el Papa es argentino y expresa públicamente que es hincha del club”, indicó. Los dos, juntos, representan una espina para la Casa Rosada, que
prefiere al conductor en silencio antes de que se convierta en un opositor
