POLITICA

Alfredo Leuco demandará a Timerman

Es porque el Canciller denunció en Twitter. Escuche y lea la lapidaria respuesta del periodista.

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| Cedoc

Ayer cumplí con mi trabajo profesional: analizar críticamente la tarea de un funcionario público como es el canciller Héctor Marcos Timerman. Igual que un respetable diplomático uruguayo comenté que me parecía de una frivolidad impropia de su cargo que estuviera ventilando compulsivamente por Twitter opiniones sobre temas tan delicados como la relación con Uruguay producto de la instalación de la pastera UPM ex Botnia.

Como respuesta, el gatillo fácil del ministro disparó una información errónea y una difamación inaceptable donde me imputa cometer un delito. La equivocación, producto de haber eyaculado precozmente el twit sin siquiera pedir la desgrabación para saber lo que realmente dije, fue plantear que yo lo había cuestionado por usar el soporte de una red social para comunicar. Tropezones tiene cualquiera. No se enteró de que yo estoy absolutamente de acuerdo con la utilización de Twitter, y de todas las redes sociales y las más nuevas de las tecnologías porque me parecen instrumentos maravillosos para comunicar mejor y más rápido. Jamás un periodista puede estar en contra de eso.

Otra cosa muy distinta es que un diplomático, que representa a una nación y debe cuidar y meditar muy seriamente sus palabras se dedique a la verborragia instantánea e irreflexiva.

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Pero no contento con haber metido la pata de esa manera vomitó en la red una mentira fabulosa que, para quienes me conocen, se cae por su propio peso. Inventó descaradamente que yo en algún momento le pedí plata de “pauta publicitaria (sic) para hablar bien de Kirchner”. Estoy a favor del debate caliente y apasionado de las ideas. Entiendo incluso que en ese intercambio cualquiera se vaya de boca con algún insulto. Celebré como todos los periodistas bien nacidos que ya no sea posible enjuiciar penalmente a un periodista por calumnias e injurias cuando se refiere a funcionarios y a temas públicos.

Repito: soy periodista hace más de 30 años y estoy absolutamente a favor de la libertad, que es el principal insumo de nuestro trabajo. Pero en este caso el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación me imputó un delito repugnante que afecta mi buen nombre y honor, mi ética y mi credibilidad profesional. Durante tres décadas, en estos cruces entre periodistas y funcionarios me han dicho y he dicho de todo. Pero nadie se atrevió a poner en duda mi honradez, que defiendo como el principal capital que tengo y la única herencia que quiero dejar a mi hijo.

Por eso voy a iniciar una demanda civil contra Héctor Timerman. No pretendo que vaya preso. Sólo que repare el daño moral que me hizo a mí y a mi familia. Lo desafío a que aporte en tribunales, aunque sea, una sola prueba de tamaña falsedad. Que presente ante la justicia un solo dato o indicio que sostenga su falacia y su calumnia. Lo desafío a que tenga la hombría de bien de retractarse de inmediato o no voy a descansar un minuto hasta que pague de su bolsillo la más abultada cifra que pueda conseguir para ayudar al comedor de Margarita Barrientos del barrio Los Piletones.

Soy conciente que dinero no le va a faltar por su carácter de millonario casado con multimillonaria que vive en un palacio que es la envidia de los niños ricos que tienen tristeza. Además, lo desafío a un debate en vivo y en directo por televisión y le concedo jugar de visitante en cualquiera de los canales que responden a los Kirchner para que cada uno muestre su patrimonio, su declaración jurada, sus recibos de sueldo y de qué manera se ganaba la vida antes de ser funcionario público.

También lo desafío a debatir cuál fue su actuación y la mía frente al golpe de estado genocida de 1976 que golpeó cruelmente a Jacobo, su padre, pese al confeso colaboracionismo de su hijo en la dirección del diario La Tarde que apoyó el terrorismo de estado.

Finalmente le solicito encarecidamente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que designe a un canciller. No importa si se trata de funcionarios brillantes y honrados como Jorge Taiana o Rafael Bielsa. Sería sano que sea alguien que pueda explicar las contradicciones entre la defensa de Chávez, las víctimas de la AMIA o Irán. Pero a esta altura necesitamos un canciller. Uno solo. Creo que Argentina se lo merece.

Para el final, respetable Timerman, permítame un poco de humor judío: ¿sabe lo que significa “Potz” en idish? Lo que es usted. Un verdadero pavo irreal, un muchacho voluntarioso conocido en el mundo diplomático como el peor de los funcionarios que haya tenido nuestra cancillería en democracia. Siga haciendo monerías para divertir a Néstor Kirchner. Twitée todo lo que quiera. Masturbarse no está prohibido. Pero no revolee acusaciones de delitos a las personas honestas. Y si puede, en su tiempo libre, trabaje de canciller. Para eso le pagamos todos los argentinos.

Alfredo Leuco