El gobernador tucumano José Alperovich criticó un estudio realizado por el equipo de investigación en geografía y en demografía del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y de seis universidades públicas nacionales. En este trabajo se coloca al departamento Simoca, ubicado al este de la capital tucumana, como una de las ciudades con peor calidad de vida del país. El estudio dirigido por el investigador Guillermo Velázquez, director del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional del Centro, en Tandil, ubica a Simoca en el puesto 468 a nivel nacional de un total de 511, y último en la provincia de Tucumán. Se tomaron como indicadores datos sobre el acceso a la cobertura médica, el nivel de educación, las condiciones de las casas, la mortalidad infantil, la vulnerabilidad ante desastres y el empleo.
Alperovich al ser consultado por los resultados de este estudio replicó tajante que "no hace falta que alguien de afuera nos diga cómo es la pobreza en Tucumán. Esto lo sabemos".
"Nosotros caminamos todos los días y no ocurre solamente en Simoca. También se observa en Delfín Gallo, por ejemplo. Vamos a trabajar fuerte para revertirlo. En la medida en que se logre dar mayor cantidad de empleo, esto se resolverá" agregó el mandatario, visiblemente molesto con la cuestión.
El ministro del interior de la provincia Osvaldo Jaldo le restó importancia al estudio. "Los datos son en base al censo 2001. Desde que Alperovich llegó al gobernación las cosas cambiaron" dijo el funcionario.
Sin embargo para el intendente de Simoca, Luis Gonzáles, el único radical a cargo de una intendencia en Tucumán, esos "cambios" o se notan. "No hay ningún tipo de emprendimientos que generen trabajo, así que todos los días tengo gente solicitando ayuda" expresó el jefe comunal.
El diario tucumano La Gaceta reveló el drama del lugar. Para el médico de la zona, doctor José Mahmoud, "los gobernantes jamás se ocuparon de la situación. Sus dichos se reducen a promesas. En este lugar todas las necesidades están insatisfechas. No hay ninguna fuente laboral. Aquí el futuro es una palabra esquiva".
El padre Luis Alvarez, párroco de Simoca, dice que las localidades del este tucumano viven en condiciones de pobreza inimaginables. "La gente pasa hambre. No hay trabajo para nadie. Aquí es imposible conseguir un empleo. Los padres mandan a sus hijos a la escuela para que los alimenten más que por la educación", graficó.
Las autoridades del gobierno tucumano plantean que Simoca no está último en el ranking elaborado por los investigadores del Conicet, pero lo cierto es que la divulgación del estudio causo molestia en la casa de gobierno tucumana.