"Me amenazan de muerte, hay sicarios que me gritan en la calle", aseguró Alberto Lebbos en el programa radial Lanata sin filtro, luego de denunciar al hijo del gobernador José Alperovich y al hijo del exjefe de Policía y secretario privado del mandatario. Juan Alberto Kaleñuk, por el crimen de su hija, Paulina, en febrero de 2006.
"Son asesinos que secuestran jovencitas para fines aberrantes", repitió Lebbos, mientras el propio Alperovich y su mujer, Beatriz Rojkés, salieran a desmentirlo y a acusarlo de utilizar sus dichos con fines políticos.
Lebbos remarcó que confía en el fiscal Diego López Avila y pidió a toda la sociedad tucumana que lo proteja. "Estamos recibiendo amenazas permanentes y el asesino de mi hija sigue sin aparecer", apuntó.
Ayer, Lebbos logró mediante pruebas oficializar en tribunales la denuncia que viene manifestando desde hace años. "La responsabilidad de los hijos de Alperovich y de Kaleñuk es presuntamente directa", afirmó el hombre, quien fue subsecretario de Deportes y Juventud provincial, y afirmó que su hija "murió por estrangulamiento manual, brutalmente golpeada".
"Gente con mucho coraje me arrimó pruebas y testimonios sobre las circunstancias, hechos, lugares y el modo en que la mataron. Nosotros teníamos ocho hipótesis, de las cuales cuatro apuntaban a los hijos del poder", añadió.
Ahora "se confirmaron todas las maniobras de encubrimiento de jefes policiales, fiscales y políticos dependientes del ministerio de Seguridad", afirmó al salir de la reunión con López Avila.
En la audiencia presentó las pruebas de que dispone y ofreció testigos de identidad reservada, al tiempo que reclamó protección para ellos y "que se separe de la investigación a todas las fuerzas que dependen de Alperovich y que actúe la Gendarmería Nacional".