Los investigadores del triple crimen de General Rodríguez analizan milimétricamente las declaraciones de este nuevo Martín Lanatta, quien en las últimas semanas decidió contar todo lo que había negado durante el juicio en el que fue condenado como el instigador de los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina. Tienen en claro los vínculos de Lanatta –instigador del triple crimen e involucrado en el tráfico de efedrina– con Aníbal Fernández. Pero miden cada palabra porque detrás de sus dichos sólo queda un beneficiado: Ibar Esteban Pérez Corradi, buscado por la supuesta autoría intelectual de los asesinatos. Creen que Lanatta podría estar intentando desmarcar a Pérez Corradi de la autoría intelectual, pero en el equipo que lidera el fiscal Juan Ignacio Bidone aseguran que no dará resultado.
Lanatta dijo en Periodismo para todos (PPT) que el jefe de Gabinete y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires estaba involucrado en el tráfico de efedrina a narcos mexicanos y que habría ordenado –dice Lanatta–las ejecuciones de estos tres empresarios que intentaban formar una nueva sociedad proveedora del precursor químico, codiciado por los carteles de México para la fabricación de metanfetaminas. Lo ratificó ante la Justicia esta semana y en la causa del triple crimen constan testimonios de que Lanatta “era un hombre de Aníbal Fernández”.
Pérez Corradi tiene pedido de captura internacional desde hace más tres años. La red de contención de este joven “empresario” ha hecho imposible detenerlo. Mientras era blanco de la Justicia por asesinato y la DEA le iniciaba una causa en los EE.UU. por narcotráfico, su ex esposa, Liliana Raquel Aurehhuliu, ingresó al país $ 3,7 millones durante el blanqueo de capitales que el Gobierno promovió en 2009, confirmaron fuentes judiciales a PERFIL. Utilizó el dinero para comprar inmuebles en Don Torcuato y en Pinamar. El dato saltó de casualidad en 2013, cuando la AFIP cruzó los datos de compradores de inmuebles y descubrió que según su declaración fiscal no podía justificar esas compras. La AFIP anuló el blanqueo de los fondos repatriados. Las fuentes no informaron de qué país provenía el dinero.
Pérez Corradi era socio de Lanatta. La Justicia está convencida de que es una cabeza intermedia en el tráfico de la efedrina y que responde a una estructura mucho más poderosa, que le garantizó la cobertura que hasta hoy lo mantiene en libertad. Para los investigadores están involucrados miembros de la Policía Federal –que dependía entonces de Aníbal Fernández–, de la Bonaerense, de la Aduana –entonces con fuerte control de un sector de la ex SIDE–, de la Sedronar –el organismo que autorizaba el ingreso de la efedrina al país y debía controlar que no fuera a parar al mercado narco–, del sistema financiero, y de la ex SIDE.
Volverá a Tribunales
Los dichos de Martín Lanatta ya forman parte de cuatro expedientes judiciales: el triple crimen de General Rodríguez, en el que ya hay una sentencia firme contra los autores materiales, pero se sigue buscando al autor intelectual; el expediente en el que se investiga la complicidad del Gobierno en el tráfico de efedrina; la causa por la supuesta responsabilidad de Aníbal Fernández en el crecimiento del narcotráfico que denunció Elisa Carrió hace dos años; y un nuevo expediente en el que se investigarán las irregularidades y posible tráfico de influencia en el Registro Nacional de Armas.
Este último expediente compromete al ex director del organismo Andrés Meiszner y a su entonces jefe directo y padrino político: Aníbal Fernández. Lanatta seguiría declarando esta semana, con nuevas derivaciones de su repentino cambio de información entre lo que había dicho antes y lo que ahora se muestra dispuesto a contar a la Justicia.