El jefe de Gabinete, Aníbal Fernánez, abona la idea expresada por dos periodistas en una mesa redonda, de que la prensa argentina "no" refleja la realidad del país, y que además "banaliza" situaciones graves que padece la sociedad nacional, por lo que sostiene que "la actualidad periodística es una construcción".
Así se expresa el jefe de ministros del gobierno de Cristina Kirchner en una nota de opinión que publica hoy con su firma en el diario Página 12.
Fernández comienza relatando que en una reciente mesa redonda convocada por la Fundación El Libro bajo el nombre “Los medios masivos y la invención de la realidad”, los expositores –algunos de larga actuación en diarios, revistas y TV como Norma Morandini y Miriam Lewin– trataban de responder a la pregunta “¿Los medios muestran la realidad, la verdad?”. Todos coincidieron en que no", dice.
Para el ministro, "los medios de comunicación no son la realidad. No la reflejan tal cual es. Tampoco son su espejo. La actualidad periodística es una construcción. Es el producto final del trabajo de un equipo de profesionales: periodistas, fotógrafos, jefes de redacción, diseñadores, editores, etcétera".
"Introduzco estos conceptos, remanidos acaso, -indica en el artículo- para avanzar a un tema que todavía no se ha develado respecto de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y es que el debate de fondo es entre incluidos y excluidos".
Indica "estos días, sin ir más lejos, la mayoría de los medios titularon saludando un supuesto acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que nunca ocurrió y que el propio ministro de Economía tuvo que dedicarse a desmentir. Y, mientras tanto, el despido de 150 trabajadores era tratado como una puja entre el Gobierno y la Embajada de Estados Unidos".
"Pareciera ser -opina Aníbal Fernánez- que la tendencia es banalizar todo. Desde el descubrimiento de una red de trata de personas hasta la desnutrición infantil, marca cuál es el rol que los medios quieren jugar en la sociedad...".
Según el jefe de ministros, en los medios nacionales "se muestra un cachito de 'a otra cara'..., cumplen con su 'función social' y, de paso, van 'concientizando' a los pobres, los excluidos, los 'otros' sobre su destino ineludible".
También cuestiona a quienes dirigen los medios al considerar que "pretenden que los movileros sean como 'dobermans' Que no suelten la presa hasta que no consiguen que el 'excluido de turno ' acepte su sino, su karma...".
Para el ministro, "este 'proceso de domesticación' de algunos sectores de la sociedad responde a una política instrumentada en función del continuismo de una situación dada y coadyuva a mantener ese discurso de antípodas que han instalado: Buenos y Malos, Santos y Demonios, Normales y Raritos... Y así construyen narrativas que alimentan el imaginario popular con ideas tales como que los pobres son sucios, violentos y perversos, etc., etcétera".
"Pasa también -agrega en el artículo- con los jóvenes y con las mujeres, aunque se esfuercen en hacer creer que no son sexistas. Porque en esta pelea, por ser estos medios quienes dan permiso para 'ser o no ser', su discurso termina siendo estigmatizante".