Jorge Fontevecchia, CEO de Editorial Perfil, analizó en una entrevista la muerte del exfiscal de la UFI-AMIA: “Aunque hubiera sido un suicidio sólo por desesperación, la muerte de Alberto Nisman sería una muerte polítcia”.
“Aunque hubiera sido un suicidio no inducido, solo por desesperación, igual la muerte de (Alberto) Nisman sería una muerte política”, sentenció Fontevechia.
“Nisman en el kirchnerismo, (José Luis) Cabezas durante el menemismo, el suicidio de (René) Favaloro en la presidencia de (Fernando) De La Rúa como el asesinato de (Maximiliano) Kosteki y ( Darío) Santillán en la de (Eduardo) Duhalde, fueron muertes políticas, y por lo tanto se convirtió en un nuevo significante”, explicó.
“En ellas, la sociedad cargó significado de fin de ciclo, metáforas del exceso típico de muchos finales, que es como pasa siempre, al igual que una piedra, cobran velocidad en su caída cuando más se acercan al piso”, agregó el periodista.
“En esas muertes, la sociedad corporiza el desvarío, la locura y la escisión de la realidad que el poder produce en los presidentes. Son muertes políticas porque tienen un efecto político, y se resignifican porque llegan cuando la sociedad ya quiere cambio”, sostuvo.
“Néstor Kirchner creyó que el asesinato del militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra, en el año 2010, era una señal de su muerte política. El fallecimiento de Néstor Kirhcner, sólo siete días después del de Ferreyra, dejó abierta la incógnita sobre cómo hubiera seguido la historia con una candidatura a presidencial de Néstor Kirchner en 2011”, indicó el CEO.
“La duda sobre si la muerte política de Néstor Kirchner sólo no se produjo porque su muerte física la reemplazó. Ahora, la muerte y transformó la acusación de NIsman como fiscal en un ‘yo acuso’ social generalizado, no ya al acuerdo con Irán sino al Gobierno en su conjunto”, añadió.
“La de Nisman como la de Cabezas son muertes físicas que pre-anuncian la muerte de un ciclo político, social y cultural”, concluyó Fontevecchia.