En medio del debate por el espionaje, este miércoles comenzará el juicio sobre tareas de inteligencia ilegales por parte de la Armada. Se sentarán en el banquillo el ex jefe de la fuerza, Jorge Godoy, y el ex subjefe Benito Rótolo, entre otros altos cargos. Se trata de un caso por las operaciones de espionaje que se realizaban en la base Almirante Zar de Trelew, denunciadas por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en 2006.
Por este caso ya se siguió un proceso en Rawson que resultó en condenas leves, de hasta dos años, contra cargos menores. Fue un fallo que, a pesar de la levedad de las penas, se correspondía con la mayor condena que ofrece la tipificación penal vigente para las faltas cometidas, el abuso de autoridad.
El juicio se iniciará con las declaraciones indagatorias de los imputados, seguidas de una serie de testimonios. Entre la primera ronda de testigos están Carlos Alegro y Luis Sánchez, ex integrantes de la fuerza que denunciaron la existencia de operaciones de inteligencia ilegal, y el viceministro de Defensa durante la gestión de Nilda Garré, Jaime Garreta, objeto de una investigación de inteligencia constatada en los documentos hallados en la base Zar, dijo Rodrigo Borda, abogado querellante del CELS.
También prestará declaración, a pedido de la defensa, el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández. Pero los abogados consultados por PERFIL estimaron que sólo lo hará la semana siguiente, en vistas de la larga lista de testigos que se presentarán ante el juzgado.
“Para nosotros es un caso muy importante porque se investigan violaciones a las tres leyes que fueron pilares del orden democrático instaurado en 1983, las leyes de Defensa Nacional, de Seguridad y de Inteligencia Nacional, que fueron aprobadas con mucho consenso y voto prácticamente unánime”, evaluó Borda. También destacó que “es una lástima que el actual debate sobre la Ley de Inteligencia no cuente con el consenso y la participación que tuvieron esas normativas”.
Borda anticipó que volverán “a pedir la pena máxima”. Y agregó: “Contamos con pruebas que muestran la existencia de órdenes de la dirección de la Armada a la base con información de inteligencia; por ejemplo, antes de la visita de Garreta se envió un informe que incluía su militancia política durante el secundario en la década del 60”.