La importación de combustible para abastecer el mercado energético durante la era K está bajo sospechas desde hace años. El juez federal Claudio Bonadio investiga posibles sobreprecios en la importación de gas natural licuado (GNL) y el fiscal Carlos
Rívolo abrió una nueva causa para investigar un contrato con una firma fantasma de Madrid para traer al país el primer cargamento de GNL en agosto de 2008, un caso que reveló PERFIL en diciembre pasado. Se trata de la contratación de un barco por US$ 57,3 millones que debía traer GNL de Rusia pero nunca llegó al país.
En ese negocio participaron el ex ministro de Carlos Menem, Roberto Dromi, y su hijo Nicolás. Luego de firmar el contrato con una firma fantasma de Madrid, Enarsa canceló el acuerdo e hizo que esa empresa trucha vendiera el contrato con el Estado argentino a las empresas de los Dromi, que ingresaron como intermediarios con las exportadoras de GNL.
Ahora, se suma una nueva prueba de irregularidades en la importación de otro combustible. PERFIL pudo saber que el Ministerio de Energía y Minería, que conduce Juan José Aranguren, ordenó a Cammesa que realice una auditoría para conocer en detalle cómo se concretó la compra de fueloil de Petrobras a través de un intermediario suizo que este diario revela hoy. El macrismo tiene en la mira otras operaciones similares a la que revela hoy este medio.
Los contratos de la empresa estatal Enarsa estuvieron bajo la órbita de Julio De Vido y el secretario de Energía, Exequiel Espinoza, hasta la llegada de Axel Kicillof al gobierno de Cristina Kirchner. De hecho, el ex ministro de Economía revocó a mediados de 2014 el millonario contrato de Enarsa a favor de la central Rhasa al detectar múltiples irregularidades, tal como publicó este medio en su edición del 14 de junio de ese año.
Una parte del cargamento 70% más caro que revela PERFIL en esta edición estaba precisamente destinado a esa central.