Aunque el gobernador neuquino, Jorge Sobisch, relevó a los ministros de Seguridad y Educación y a la cúpula policial con el propósito de descomprimir el conflicto político que lo acosa tras la muerte del docente Carlos Fuentealba, la tensión sigue creciendo en Neuquén.
El descontento de la opinión pública se percibe en el acatamiento al paro de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) y en el apoyo por parte de los empleados públicos que se sumaron con una huelga de 48 horas.
En ese contexto crece también el número de manifestantes que se instala en el campamento frente a la Casa de Gobierno, para exigir la renuncia del gobernador.
Pasado el mediodía de ayer, los docentes junto a los trabajadores de la administración pública realizaron también un "escrache" frente al domicilio del titular de la nueva cartera del Gobierno, Educación y Justicia, Jorge Lara.
Los manifestantes -que reclaman la renuncia inmediata de Sobisch-, marcharon desde la gobernación hasta la casa del funcionario provincial, quien se hizo cargo de las negociaciones salariales con los trabajadores de la docencia.
Durante el "escrache" arrojaron bolsas de basura en el jardín de la vivienda, pegaron afiches en las rejas de entrada y pintaron leyendas en paredones y en la vereda del lugar, que está ubicada en una zona residencial de la ciudad de Neuquén.
"Estamos acá porque éste (Lara) es otro asesino que se tiene que ir con Sobisch", gritaron los manifestantes, que parecieran estar decididos a continuar con las medidas de protesta hasta las últimas consecuencias... la renuncia del gobernador.