POLITICA
Diario Perfil

Bilardo es secretario provincial, pero mantiene varios otros trabajos incompatibles con el cargo

Como jugador, corría toda la cancha. Como funcionario también está en todos lados: en la radio, en la tele, en La Plata y hasta en Yakarta. Contradicciones de un empleado público.

Carlos Bilardo
| cedoc

Se coronó como jugador y como entrenador. Agregó prestigio internacional a su currículum dirigiendo al seleccionado argentino que en 1986 se quedó con la Copa del Mundo en México. Pero Carlos Bilardo decidió dejar el pizarrón y los videos para asumir como secretario de Deportes de la Provincia de Buenos Aires, a partir de un ofrecimiento personal que le hizo Daniel Scioli.

El problema es que a Bilardo le hace falta un día con más de 24 horas, ya que a pesar de estar en un cargo con rango de ministro, lo cual supone una dedicación full time, mantiene todas las actividades particulares que desarrollaba antes de llegar a la función pública.

De lunes a viernes conduce un programa radial en La Red. Los domingos pasa varias horas comentando partidos de primera división para la señal Fox Sports. Ocupa además un cargo en el Comité Técnico de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), actividad que le demanda reunirse cada cuatro meses en Zurich, además de participar de otros eventos.

Por si fuera poco, cada dos o tres semanas se va al exterior contratado por distintas empresas para dictar clínicas de fútbol. Y, en el tiempo que le queda libre, ejerce como funcionario.

¿Cómo hace un secretario de Estado, con la responsabilidad que el cargo implica, para tener una agenda repleta de ocupaciones personales? Sobre todo cuando es incompatible cobrar un sueldo como funcionario de alto rango y al mismo tiempo percibir remuneraciones de empresas privadas vinculadas al área que preside.

Sólo en marzo estuvo dos semanas afuera. Fue a Suiza, a una reunión del Comité Técnico de la FIFA; luego estuvo en Roma y España, para asistir, como invitado, a dos partidos, uno del Calcio y otro de la Copa del Rey. Y el 29 preparó otra vez las valijas. Se fue una semana a Kuala Lumpur, en Malasia, y a Yakarta, Indonesia, para dar una clínica de fútbol.

La la nota completa en el suplemento El Observador de Perfil.