Los políticos siempre aparentan tener nueve vidas, y el flamante ex ministro de Economía no es la excepción. Lo “renunciaron” el jueves por la noche; el viernes a la mañana desalojó su despacho porque esa misma tarde lo ocuparía su reemplazante, Carlos Fernández. Y finalmente ayer, Martín Lousteau cambió el 407 azul con chofer de Hacienda por un Mégane verde para pasear con su novia, Ana Paula Oriol, por Palermo Soho, como si nada decisivo hubiera pasado en su vida por estos días.
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