La gobernadora María Eugenia Vidal prepara para el año próximo una reforma judicial que incluye desde cambios en el proceso de selección de jueces, la creación de una “escuela judicial”, hasta un nuevo sistema de evaluación y remoción de los magistrados.
La reforma, que incluirá un proyecto de ley para modificar el Consejo de la Magistratura bonaerense, supone la transformación de un área sensible: entre sus íntimos
Vidal se ha quejado en repetidas oportunidades del sistema judicial bonaerense, en especial por la “puerta giratoria” en materia de seguridad y por los nexos políticos de muchos magistrados con personajes como Aníbal Fernández o el flamante defensor del Pueblo, el sciolista Guido Lorenzino. En este sentido, el ministro de Justicia de la Provincia, Gustavo Ferrari, diagrama la convocatoria de una mesa de trabajo con cuatro ejes:
1. Cambios en el proceso de selección de jueces.
En los papers que deambulan por La Plata se establece que se “buscarán pautas objetivas para la evaluación de magistrados”. Es decir, un cambio sustancial en el sistema de exámenes. Hoy, creen en la Gobernación, se realiza una prueba escrita a la vieja usanza. Sin embargo, no se evalúa el desempeño concreto ante las situaciones que deberán enfrentar los futuros magistrados. “Es un examen como el del secundario, estudiando todo de memoria, tenemos que ir hacia exámenes orales que intenten emular cómo se desempeñarían en un juzgado”, cuentan en el ministerio. Este punto también supone una evaluación psicológica de los aspirantes y, por supuesto, una entrevista presencial.
2. Orden de mérito.
El objetivo, según plantean en La Plata, es elaborar “criterios objetivos para puntuar a los futuros jueces” y, a partir del índice, se arme un orden de mérito entre los candidatos a futuros jueces.
3. La creación de una “escuela judicial”.
Será uno de los puntos más novedosos de la reforma. Según le planteó el ministro Ferrari a Vidal, los magistrados deberían cursar durante dos años y de manera obligatoria, para aprender de gestión, de management, de recursos humanos, administración y manejo de las víctimas, entre otras cosas. “Hoy ser juez es ser un gestor”, repite Ferrari. A esto se le sumarán programas de capacitación permanente para el personal y los propios jueces.
4. Cambios en los plazos de los jury.
Es un tema central: hoy, según observan en la Gobernación, los plazos para enjuiciar a un magistrado son demasiados largos. El plan prevé acortarlos y que haya celeridad en cada caso. Mientras tanto, el equipo de Ferrari trabaja en un mapa judicial de la Provincia.
Esto es, determinar cómo están compuestos los 19 departamentos judiciales (ya relevaron 12) a fin de observar en cuáles hacen falta magistrados y de qué fueros, y, a la vez, dónde hay excesos. Claro, la política puso una pata fuerte allí para elegir jueces afines en determinadas jurisdicciones. El mapa estará listo en marzo.