Sin definiciones de letra chica y con más de un ojo puesto en los conflictos sociales vigentes, Cambiemos quiso dar una señal de unidad electoral. Con ese objetivo, ayer debutó la mesa nacional del oficialismo. En el hotel NH Bolívar, ubicado a dos cuadras de la Casa Rosada, se reunió una buena parte de la primera plana del PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Si bien la premisa previa era afinar la estrategia y el discurso de campaña, el encuentro no excedió lo meramente protocolar: hubo declamaciones de unidad y brevísimas exposiciones sobre la gestión, casi sin lugar para que el radicalismo expresara algunos de sus malestares.
“Queremos que la bandera de Cambiemos vaya creciendo”, arengó Marcos Peña, protagonista y orador final de la juntada. La reunión no estuvo abierta a la prensa. Arrancó a las 14.30, en el salón principal del NH, y terminó a las 17. En su pico de convocatoria, llegaron a haber ochenta personas. Sentadas alrededor de un rectángulo hecho con tiras de mesas, los dirigentes (muchos más varones que mujeres) tomaron agua, café, té y comieron masitas. A lo largo de 2 horas y media, ninguna intervención duró más de 20 minutos.
Ante la falta de debates o definiciones sobre los nombres de los candidatos (las PASO se realizarán dentro de cinco meses), abundaron las coincidencias en el trazo grueso de los discursos. La clave fue sin falta la referencia al contraste entre pasado (kirchnerista) y futuro (macrista o, mejor dicho, de Cambiemos). Esa, más un intento de aliento hacia el oficialismo, en coincidencia con el clima de marchas y paros en contra del Gobierno.
Peña afirmó que “acá hubo un reclamo de gran parte de la sociedad argentina que quería un cambio y nos quería juntos, y esa es nuestra principal fortaleza”. Y aclaró: “Esa fortaleza sigue estando ahí. La enorme mayoría de los votantes nuestros de segunda vuelta nos siguen acompañando y nos votarían hoy de vuelta”.
Con tono parecido al del jefe de Gabinete, los speechs de apertura estuvieron a cargo de los presidentes de las tres fuerzas que integran Cambiemos: Humberto Schiavoni (PRO), José Corral (UCR) y Maricel Etchecoin (CC). “Tenemos que contarle a cada vecino qué es lo que está haciendo el Gobierno para levantar esa hipoteca que dejó en el país el kirchnerismo”, planteó Corral. Después, los ministros Rogelio Frigerio (Interior), Carolina Stanley (Desarrollo Social) y Jorge Triaca (Trabajo) hicieron un informe de gestión por área.
Durante la exposición de Stanley, surgió uno de los pocos reproches en voz alta. El presidente de la UCR de San Luis, José Ricardo, le recriminó que La Cámpora siguiera controlando, en algunas provincias, una parte de la estructura de los organismos de Desarrollo Social.
El otro pataleo provino del sector porteño de la UCR, que apoya la candidatura de Martín Lousteau. El presidente del radicalismo de la Capital, Emiliano Yacobitti, protestó por la ausencia del alcalde Horacio Rodríguez Larreta, quien no parece estar dispuesto a hacer un frente electoral con Lousteau. “Larreta fue el gran ausente en la convención de Cambiemos”, afirmó anoche la UCR porteña a través de un comunicado. Los otros faltazos notorios fueron los diputados Mario Negri (UCR) y el presidente de la Cámara, el PRO-peronista Emilio Monzó.
Entre el autoaliento y el discurso de polarización con el kirchnerismo, la primera mesa nacional de Cambiemos pateó para adelante las negociaciones más problemáticas: candidaturas y particularidades provinciales.
El interés en la Provincia
Si bien ayer arrancó la mesa nacional de Cambiemos, el mayor interés del oficialismo está puesto en ganar las legislativas de la provincia de Buenos Aires. Las energías del gobierno de María Eugenia Vidal, sin embargo, por ahora están destinadas a ganar la pulseada contra los docentes bonaerenses. O mejor dicho, a imponerse sobre la figura del sindicalista Roberto Baradel, porque el macrismo apunta a personalizar la puja sobre el titular del Suteba. Cerca de Vidal consideran que resultará clave ganar esa negociación, como paso previo a la elección.
Sin definiciones sobre los candidatos (en Provincia se eligen diputados y senadores), la única certeza del macrismo es que la campaña girará alrededor de Vidal, quien sigue puntera en las encuestas de imagen positiva, muy por encima de Mauricio Macri. Con recorridas, timbreos y una apuesta casi religiosa a que repunte la economía, el Gobierno hará foco en la tercera sección electoral.
Sobre los posibles candidatos, Esteban Bullrich y Gladys González acumulan más chances, además de Elisa Carrió. La posible postulación de Cristina Kirchner resultará clave para que Lilita se decida, aunque ella debe fijar su domicilio en abril. Mientras tanto, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, quedó relegado en la lista de aspirantes. La cruzada de Carrió en su contra lo dejó al borde del knock out.
Como desagravio, Jorge Macri ayer presidió en Vicente López el primer Foro Federal de Intendentes Cambiemos.