POLITICA
GABRIELA MICHETTI

"Carrió critica a Mauricio, pero en la intimidad admite que él tiene muy buenas intenciones"

Conduce la bancada macrista de la Legislatura y es la candidata a vice jefa de Macri. Tiene 41 años y hace sólo cuatro que se dedica a la política. Un accidente la dejó en silla de ruedas hace una década. Antes de conocer al presidente de Boca, l o definía como “un frívolo” que había “obtenido ventajas” con sus negocios con el Estado. “Compartía los prejuicios”, afirma. Hoy es una de las figuras claves en el armado político y electoral del ingeniero. Es el puente con la jefa del ARI y atrae la atención de la dirigencia progresista de la Ciudad.

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INFORMAL. La legisladora recibi a PERFIL en la casa de su hermana menor y vecina, Silvina. "Soy una cara rota que no le preocupa pedirle ayuda a cualquiera", se define. |

Gabriela Michetti tiene una disociación visceral con la formalidad. “No me saqués fumando, que papá y mamá me matan”, le advierte al fotógrafo antes de comenzar la entrevista. Tiene 41 años, está separada y vive con Lautaro, su único hijo. Un accidente automovilístico la dejó en silla de ruedas hace una década, pero eso no fue impedimento para que se convirtiera en una de las figuras más relevantes de la nueva generación de dirigentes post devaluación. Y acompañará a Mauricio Macri en la fórmula de Pro para la Ciudad.

—¿Cómo llega una chica de Laprida, criada en una familia conservadora, la hija del doctor del pueblo, a meterse en la guerra por el poder?
—La vocación de servicio. Desde muy chica participé de la militancia dentro de la Iglesia y después comprendí que la política es la herramienta que mejor te permite ejercer la voluntad de transformar la realidad.

—¿Y a Macri, cómo llegaste?
Marcos Peña, un amigo y diputado de mi bloque, me invitó a conocerlo. Al principio me resistí porque no tenía una buena predisposición hacia su figura. Compartía los prejuicios que estaban instalados.

—¿Qué pensabas de él?
—Que era parte del empresariado nacional que había obtenido ventajas en sus negocios con el Estado y que era frívolo. Pero me encontré con una persona comprometida, con ganas, consciente de que por haber sido un privilegiado del sistema, tenía mayor responsabilidad social. Ahí comencé a prestarle atención.

—Sos una suerte del ala izquierda del macrismo.
—Se suponía que Ibarra era progresista. Llegó con el discurso de los derechos humanos. Pero durante su gestión creció como nunca la población en la villas. Para mí el progresismo es un valor central, que implica cohesión social, desarrollo humano e igualdad de oportunidades.

—¿Cómo se hace para ser la mano derecha de Macri y al mismo tiempo recibir elogios de Telerman y Carrió?
A Telerman le respeto la capacidad de diálogo institucional. A Carrió la quiero, la respeto mucho. Muchas veces hemos hablado con ella de Mauricio. Obviamente ha dejado en claro que la separan grandes diferencias. Pero me sorprende que lo critique con tanta dureza, porque en la intimidad, Lilita admite que Mauricio tiene buenas intenciones.

—¿Que harías si te enteraras de que Macri tiene acuerdos ocultos con el Gobierno?
—No tengo dudas de que si supiera que Mauricio Macri está involucrado en algo ilegal dejaría de estar con él.

—Cualquiera diría que un accidente como el que vos tuviste te paraliza. No fue tu caso.
—En la situación límite, fui una privilegiada. Conté con los recursos afectivos y espirituales para salir adelante. Y una buena obra social, que no fue algo menor.

—Suena sencillo.
—No lo es. A veces me despierto y veo la silla al lado de la cama, y digo “por qué”. Me gustaba mucho bailar, y ahora, cuando voy a una fiesta tengo que bailar con la silla que no es lo mismo.

¿Qué reacción creés que tiene en el electorado la imagen de una candidata en silla de ruedas?
—No lo tengo muy claro. Habría que preguntárselo a la gente. Pero creo que cualquiera que pasa una situación límite y que se la ve bien, da una buena imagen. Pero la silla me quita más de lo que me da. Yo entiendo a la política lejos de un escritorio, yendo de un lado al otro. Y en Buenos Aires no es tan sencillo andar de acá para allá en una silla de ruedas.

—Pero vos andás...
—Porque soy cara rota y no me preocupa pedirle ayuda a cualquiera.

—¿La extroversión vino después del accidente?
—No. Siempre fui así. El accidente me debería haber aplacado, pero ni siquiera eso me paró.

—¿Mirás televisión?
—No.

—¿Nada?
—A veces Travel & Living o E! Entertainment Television, cuando me da por la frivolidad y People & Arts, por los programas de decoración. Pero no me engancho con la televisión.

¿En qué estado de tu vida te sorprende el que podría ser el momento más importante de tu breve historia política?
—Me separé hace poco más de un año y aún no lo tengo superado. En realidad, no sé si eso se supera. Y por primera vez en mi vida siento la soledad. Siendo mujer y con tanta exposición, llegar a casa a la noche y estar sola, se hace duro. Pero se banca.

Michetti, en breve
* Tiene 41 años y preside el bloque de legisladores macristas de la Ciudad.
* Es licenciada en Relaciones Internacionales y bachiller en Ciencias Políticas.
* Tiene un solo hijo y está separada. Su ex marido es el productor de Gran Hermano 2007.
* Fue militante católica y tiene una estrecha relación con el cardenal Jorge Bergoglio.
* Fuma tanto como Carrió pero no bebe una gota de alcohol, como su jefe político.