"El poder cree que hay una conspiración y lo único que hay es un rechazo social profundo a determinadas políticas y a su soberbia y ojalá que reaccionen. Hay que darle un tiempo para que reflexione, y se de cuenta de que hay un rechazo masivo de vastos sectores sociales, a sus políticas para el campo, el control de la inflación, la seguridad y la política republicana", afirmó la máxima referente de la Coalición Cívica.
Carrió expuso hoy en un panel organizado por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), en la que también disertaron los periodistas Julio Blank, de Clarín, Joaquín Morales Solá, de La Nación y el ex diplomático Abel Posse, coordinados por el constitucionales Gregorio Badeni.
Carrió manifestó que "no vienen tiempos fáciles" y afirmó que "así como el campo es la raíz de la Nación, la libertad de prensa es la raíz de la república y hay que defenderla absolutamente", al tiempo que insistió en que esperaba que "el Gobierno entienda que lo que hicieron los medios fue reflejar los acontecimientos que sucedían".
"No es momento de hablar de la existencia de un observatorio de medios, cuando el tema es usado de una manera bastante vergonzosa por la Facultad de Ciencias Sociales (de la UBA) en medio de un ataque frontal a la prensa", señaló con su elocuencia habitual la titular de la CC.
El columnista y conductor televisivo Joaquín Morales Solá afirmó que "la relación de la prensa con el poder siempre fue conflictiva", y manifestó que "el gobierno debe entender que el periodismo debe ser crítico del poder, porque si no, no tiene razón de ser". Sostuvo que "estamos frente a un gobierno que es el más dependiente de la prensa desde 1983 y el que más ha hecho para descalificarla" y argumentó que la investigación de los casos de presunta corrupción más escandalosos, Skanska y la valija de Antonini Wilson fueron descubiertos por periodistas y no se hubiera producido si no existía prensa independiente.
Otras de las dificultades en la relación del gobierno con los medios, es, expresó Morales Solá, que "la información está concentrada en 2 o 3 personas", además de los cupos de publicidad estatal que se maneja como "premios o castigos para amigos y enemigos". Morales Solá advirtió que así como el Gobierno "usó al secretario de Comercio, Guillermo Moreno, para romper los indicadores del INDEC para ocultar la inflación, ahora puede tratar de romper el espejo en el tema con los medios".
Por su parte, el editor político de Clarín, Julio Blank, afirmó que "es muy necesario que en la sociedad haya mecanismos de control sobre la actividad del periodismo, pero es una función no pude ser hecha por el Gobierno".
Agregó que el Observatorio de Medios es un instrumento que ahora "fue contaminado hasta el punto de inutilizar un arma eficaz" y comparó la propuesta con la llamada "Ley Mordaza" con la que se pretendió afectar al periodismo durante el gobierno de Carlos Menem y sostuvo que igual que entonces "es una maniobra torpe sin mucho destino".
Sostuvo además que la presencia de carteles contra el diario Clarín en el acto realizado ayer en Bernal no fue obra de "alguien que quiso quedar bien con el jefe", sino que fue preparado por la agrupación que dirige el hijo del ex presidente Kirchner, Máximo Kirchner, "con el acuerdo del jefe".
Por su parte, el embajador Posse sostuvo que la prensa es, con sus defectos, el único lugar donde se puede producir un debate social, porque "la república está desarticulada", luego que el "sistema bicameral del Congreso no funciona" y lamentó la actuación de la Justicia.
"Están en juego las libertades y el problema es muy grave", advirtió, quien recordó su experiencia como diplomático en países sin libertad de prensa como la antigua Unión Soviética, donde el gobierno había desarrollado hasta códigos específicos para que la forma en que debía expresarse la prensa.
Fuente: DYN
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