A más de un mes y medio de la desaparición de Santiago Maldonado el juez federal de Esquel, Guido Otranto, encabeza un amplio allanamiento en territorio mapuche, en las cercanías de la zona donde el joven fue visto por última vez.
Del operativo, para buscar rastros del artesano, participan 300 efectivos de todas las fuerzas federales (excepto Gendarmería) y se lleva a cabo en el Pu Lof en Chubut.
Es la primera vez que las fuerzas de seguridad entrarán en la zona. Anteriormente, los mapuches vinculados a Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), se habían negado a la entrada de los agentes al argumentar que se trata de tierras sagradas.
La medida para rastrillar profundamente 1875 hectáreas de territorio ocupado y el interior del cauce del Río Chubut había sido ordenada por Otranto el pasado 12 de septiembre.
Del procedimiento participan tres helicópteros, drones y efectivos del GEOF y el GE1 (Policía Federal), Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), Grupo Albatros (Prefectura) y buzos tácticos. También se utilizan perros entrenados para el seguimiento de rastros cadavéricos y de personas.
Para evitar conflictos en medio del operativo, sólo los grupos especiales de la PFA podrán llevar armas, mientras que el resto de los efectivos sólo portarán dispositivos antitumulto.
El juez ordenó que las fuerzas entren en todas las viviendas del predio para verificar si hay pertenencias de Maldonado e hizo hincapié en los instrumentos que usaba el joven para hacer tatuajes, como un horno de esterilización y una máquina tatuadora de bronce. Además pidió que se busquen su mochila y su campera.