El pasado 2 de febrero la Sala II de Casación Penal, integrada por los jueces Ángel Ledesma, Pedro David, y Alejandro Slokar, dictó el sobreseimiento del ex titular del Occovi, Claudio Uberti, por el caso de la valija de Antonini Wilson. Ese fue el último servicio que brindó a la corona K el estudio jurídico de Dario Richarte y Diego Pirota. Esta semana, el vicepresidente Amado Boudou se quedó sin abogado que lo defienda en la causa de la ex Ciccone, en la que está procesado por “cohecho pasivo y negociaciones incompatibles”.
Pero Boudou no fue el único que se quedó sin los servicios del bufete jurídico vinculado a un sector de la ex SIDE. Lo mismo le ocurrió al senador Juan Manuel Abal Medina, que es investigado judicialmente por desvíos de fondos de las partidas asignadas al programa Fútbol Para Todos mientras ocupó el cargo de jefe de Gabinete, y a otro pelotón de funcionarios K envueltos en diferentes causas judiciales.
Desde el estudio Richarte confirmaron a PERFIL esta situación y sólo se limitaron a decir que la decisión se debió a “cuestiones personales”. Por otro lado, fuentes allegadas al “bufete del poder” explicaron que “las razones de la renuncia a la defensa de todas las causas donde intervienen y que están vinculadas al Gobierno, no tienen nada que ver con Boudou, con Abal Medina, ni con el resto, sino a lo que viene haciendo determinado funcionario con mucho poder y quienes lo acompañan”. Las presentaciones se judiciales se realizarán entre hoy al mediodía y mañana, pero los clientes ya fueron notificados.
¿Quién es “ese funcionario con mucho poder”? La respuesta salió de un funcionario judicial que conoce las alfombras y la privilegiada vista al río que se puede apreciar desde el estudio de la calle Paraguay: “Carlos Zannini”. Todo indica que las estrategias judiciales del secretario Legal y Técnico de la presidencia iban a contrapelo de las que planteaba Pirota. “Zannini fue con los tapones de punta contra jueces y fiscales, y esa no es la forma en la que estaban acostumbrados a trabajar en el estudio de Richarte”, argumentó una tercera fuente allegada al ex subdirector de la SIDE durante el gobierno de Fernando De la Rúa.
De todas las causas sensibles que tuvo el kirchnerismo en la Justicia, pocas son las que no pasaron en forma directa por las manos de Richarte. En la larga lista de clientes K estuvieron Boudou, Uberti, Abal Medina, el exsecretario de Energía, Daniel Cameron; el secretario de Obras Públicas, José López; el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro; y el subsecretario de Comunicación Pública, Rodrigo “Rodra” Rodríguez, entre otros. A través de otros “estudios satélites” al de Richarte, también se dirigían las causas de otros tantos funcionarios en apuros.
En la Casa Rosada no creen en las “cuestiones personales” que aducen desde el estudio Richarte, y tampoco en las “diferencias con Zannini” que esgrimen en los pasillos de los tribunales de Comodoro Py. “Esas no son más que excusas. Claramente el alejamiento responde a la decisión que tomó la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) de echar a Jaime Stiuso (exjefe de Operaciones de la SI)”, explicó a PERFIL un funcionario del Gobierno que intenta hacer puente con el Poder Judicial y que sabía que todo esto podía suceder.
Es difícil separar la decisión que tomó el duo Richarte - Pirota de la guerra que el Gobierno le declaró a Stiuso. En marzo del año pasado, Richarte fue nombrado como vicerrector de la UBA. El ex Señor 8, en la jerga de los espías criollos, se pone de mal humor cuando lo acusen de haber sido parte del Grupo Sushi, aquel círculo de extrema confianza que hacía de guardia pretoriana y generadora de ideas del entonces presidente Fernando de la Rúa.
“Hay diferencias insalvables con Zannini. Al estudio lo fue a buscar Néstor Kirchner, no un funcionario de segunda categoría”, disparó un abogado que forma parte de uno de los pequeños estudios satélites que comanda el duo Richarte - Pirota. “Todos sabemos que Richarte fue el segundo de la SIDE y tengo entendido que Pirota también trabajó ahí un tiempo, pero si tienen relación con Stiuso es algo que no me consta”, agregó la misma fuente, que también tuvo que optar entre dejar a algunos clientes o seguir caminando con tranquilidad por los pasillos de Comodoro Py.
Al infalible duo siempre se le adosó una sociedad con Javier Fernández, auditor de la AGN y un “facilitador” de contactos con jueces y fiscales. Hace por lo menos un año que a Fernández no se lo ve pisar aquellos juzgados a los que solía frecuentar.
No es una sorpresa ver salir del polémico estudio a funcionarios del gobierno de Mauricio Macri, sobre todo a los que llegan con el carnet de Boca Junior o a los que antes estaban encolumnados en el radicalismo. Por allí también pasa uno de los candidatos presidenciales enrolado en el Frente UNEN. Hasta el líder del Frente Renovador, el presidencial Sergio Massa, es un activo cliente del “bufete del poder”.
En ese estudio se manejaron los expedientes de los casos Skanska, Valijagate, ex Ciccone, la utilización de fondos de Fútbol para Todos para atacar a la oposición, la megaestafa del caso Schoklender, y algunas otras causas vinculadas a la Casa Rosada. Había sido el expresidente Néstor Kirchner quien los eligió para manejar causas sensibles. Pero los tiempos han cambiado.